LAURA FERRER/GUILLERMO ROMANÍ
Los empresarios y representantes del sector turístico pitiuso coinciden en que tanto por cuestiones humanitarias como económicas interesa que la guerra de Irak sea lo más corta posible.

El presidente de la Pimeef, Antoni Marqués, consideró que lo que cualquier persona desea, una vez que la guerra es una realidad, «es que sea lo más corta posible y que haya el mínimo de bajas». Marqués recordó que cuando se está en guerra «la gente no tiene el mismo espíritu de viajar, no tiene el mismo espíritu de hacer vacaciones o de divertirse». Con respecto a si el Gobierno central ha puesto a la nación en una posición delicada, el presidente de la Pimeef reconoció que mucha gente no apoya la guerra pero aclaró que España «sólo participa con tareas de carácter humanitario» por lo que «difícilmente tiene que afectar de manera directa».

El presidente de la Asociación de Agencias de Viajes de Eivissa y Formentera, Antoni Torres, lamentó «una guerra más» y las víctimas «tanto civiles como militares». Para Torres las consecuencias de la guerra «dependen de la duración de la misma». Si tiene una duración de entre una semana o diez días «la recuperación posterior puede ser muy positiva para lo que es Eivissa y Formentera». Lo peor, económicamente hablando, «ha pasado ya que era la incertidumbre sobre lo que podría suceder». Las agencias de viajes entienden que la guerra va a influir de manera directa y decisiva en la Semana Santa de este año, aunque menos en Eivissa y Formentera que en Mallorca, donde hay muchas más plazas abiertas y más vuelos. «La guerra tendría que durar un máximo de dos semanas para que las consecuencias para el turismo pitiuso no fuesen irreparables», afirmó, añadiendo que el turismo familiar será el peor parado.