El conseller de Turisme, Josep Marí Ribas, presentó ayer el
Proyecto del Plan de Inspección de la citada conselleria y que
pretende incrementar el número de actuaciones de las 1.774 del año
2002 a 2.500 este año. Para lograr el objetivo no sólo ha trazado
un plan de optimización de recursos sino que contratará a un
inspector más, por lo que serán cinco las personas que se dedicarán
a esta actividad.
El conseller aseguró que la mayor parte de las infracciones
detectadas en 2002 fueron graves, un 53 por ciento, y se refieren
aperturas sin licencia definitiva y a cambios de titularidad
irregulares, entre otras, mientras que las leves son el 43 por
ciento. El 4 por ciento fueron muy graves como no contar con ningún
tipo de licencia o engañar al cliente.
El conseller insular quiso dejar claro que resulta «muy difícil»
realizar una efectiva actividad inspectora porque «gran parte de
los alquileres de temporada que se podrían considerar ilegales no
lo son porque se amparan en la Ley de arrendamientos urbanos».
A pesar de ello, el conseller admitió que hay un porcentaje de
viviendas que se usan con fines turísticos sin permiso e incluso
admitió que se han encontrado con casos de hoteles legales que
desvían a clientes a apartamentos que no tienen licencia de
actividad turística ni de ninguna clase de explotación.
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