El mercat i els seus voltants, amb tots els fruits multicolors de l'estiu amb totes les mostres més o menys ben presentades...». Ésta es la visión que el gran poeta ibicenco Marià Villangómez inmortalizó en 'L'any en estampes' y que ayer rememoraron alumnos de la Escuela de Adultos de Eivissa y Formentera, que participaron en una passetjada literària por Dalt Vila. De la mano de varios profesores del centro, especialmente Josep Sendra, docente de Literatura y Llengua Catalana, medio centenar de curiosos alumnos pasearon por los puntos más conocidos del barrio antiguo de la ciudad. El recorrido, con ocho paradas, partió del Mercat Vell ante la casa natal de Joan Castelló Guasch, para continuar por el Portal de ses Taules, antesala de la ciudad vieja. «La ciutat d'Eivissa és un passeig. S'ha de conèixer passejant, amb lentitud, a peu, sense gaires presses ni moltes ganes de xerrar...», describe y aconseja Baltasar Porcel en 'Arram de mar', texto al que se hizo referencia antes de continuar el recorrido hacia la casa natal de Marià Villangómez. Fue ante la puerta del edificio donde comenzó la lectura de poesías y fragmentos de textos en prosa del autor por alumnos del centro tras hacer referencia a la obra y temática del conocido poeta que falleció el año pasado. «El blanc record de la infantesa hi sura,/i ha de fer bo, aquest sol, als ossos vells», leyó una de las alumnas del poeta 'Terra natal' de la obra 'D'Elegies i paisatges'.

Tras una breve parada en la Plaza de Vila con la correspondiente lectura de un fragmento descriptivo de este emblemático lugar, la visita continuó hacia sa Carrossa, justo ante la estatua de Isidor Macabich, otro de los grandes autores ibicencos del siglo pasado para continuar hasta el baluarte de Santa Llúcia: «l'expansió, encara més elevada i amb més perspectives, de sa Carroca i els carrers i placetes del barri oriental (...) l'anomenàvem, popularment, sa Murada Alta», según Villangómez en 'El llambreig en la fosca'.
El paseo continuó por la Plaza de España y mirador del Ayuntamiento y finalizó en la plaza de la catedral en un ambiente distendido y muy poético. . E.Estévez