Poco o nada podría imaginar el conocido actor de comedias inglés Terry Thomas hace unas décadas de que la preciada y mimada casa de Sant Carles de Peralta, en la que residió junto a su esposa Belinda Stevens y sus hijos Timoty y Cushan, sería convertida igualmente en un remanso de paz pero abierto de cara al público. Su hijo menor, Cushan Thomas, se inició hace ocho años en la aventura del negocio turístico más novedoso y arriesgado de la isla: el del turismo rural, montando junto a un primer socio Can Talaias, uno de los primeros hoteles de agroturismo de las Pitiüses. Actualmente Cushan, hijo menor de Terry Thomas, regenta esta casa rural anclada en medio de una montaña de Sant Carles junto a su socio Peter Schimmel. «Este ha sido mi hogar durante muchos años. Es una casa que tiene cuatrocientos años de antigüedad en la que mi familia vivió durante 35 años», resume Cushan Thomas al charlar sobre su hogar-hotel, un edificio de grandes dimensiones en el que la vida transcurre con mucha tranquilidad. «Mi padre se vino a Eivissa precisamente huyendo de las aglomeraciones de gente y de la fama. Cada vez que salía a la calle en Londres se le echaba la gente encima. Aquí encontró lo que buscaba, estar tranquilo, por eso apreciaba tanto este lugar», comenta el hijo del actor fallecido en el 91.

Terry Thomas continúa teniendo una presencia muy especial en Can Talaias. En una de las suites principales del hotel y en algún rincón del interior de la casa hay retratos suyos y carteles de algunas de las comedias cinematográficas que protagonizó. «Mi padre era un millonario al que le gustaban las casas grandes y buenas y yo he querido ofrecer lo mismo a mis clientes», confiesa el menor de los Thomas, orgulloso de los resultados de un negocio que cuenta con siete habitaciones dobles y la categoría de cuatro estrellas.

Abierto durante todo el año, excepto un mes de vacaciones que suele ser enero, sus huéspedes son en su mayoría turistas ingleses, italianos, franceses, norteamericanos y españoles que buscan paz y unas instalaciones con todo tipo de comodidades. Un dato a tener en cuenta es la decoración de todo el recinto en el que se combinan a la perfección muebles y detalles de corte victoriano y antigüedades que habían pertenecido a los Thomas con mobiliario de lo más vanguardista: «Cada habitación tiene el nombre que nosotros le habíamos puesto. Desde habitación de los juguetes a la habitación del salón, la de la terraza o la de mis padres, que es una de las suites», señala Cushan.
Eva Estévez