Ana Piera y su compañero Mario Navarro forman el tandem 'Zancozumbada'. Foto: VICENÇ FENOLLOSA

Ana Piera, 'Zancozumbada' de nombre artístico, ha hecho de su afición a los zancos un medio modo de vida ya que aprovecha el tiempo libre que le deja su trabajo como administrativa en una multinacional de Vitoria para dedicar los fines de semana y sus vacaciones a la animación de fiestas desde tres metros de altura. Nacida en Valencia y criada en Tenerife, Ana empezó a los 16 años como azafata de un grupo de zancudos en Tenerife repartiendo flyers y, poco a poco, le fue picando el gusanillo hasta que probó a subirse a los zancos. Antes de dedicarse a la animación nocturna Ana Piera trabajó en fiestas infantiles y hasta en los desfiles del famoso carnaval tinerfeño. «Formé parte del grupo 'Virtuales' hasta que abandoné la isla y me independicé», explica.
«Hace un año hice un curso de corte y confección para aplicarlo a mi trabajo en los zancos y me he dedicado en todo este tiempo a crear mi propio vestuario. Tengo más de 20 trajes», destacan Ana que trabaja siempre junto a su compañero Mario Navarro. «Soy como su guía y guardaespaldas. Le abro paso entre la gente, le paso bengalas, la bocina de gas y otros artículos que utiliza para llamar la atención. También interpreto la wira, un instrumento canario», explica.
Este verano Ana y Mario trabajan en tres fiestas de la discoteca Amnesia: los martes en la de Pocholo, los miércoles en La Troya Asesina y los sábados en People from Ibiza. «Cada día hago tres pases con tres trajes diferentes», dice antes de comentar que el calor es lo que peor lleva por las pelucas y el vestuario. «Si normalmente tienes cinco sentidos sobre los zancos estás con ochocientos porque el mínimo despiste puede traer problemas», señala. «La gente te ve caminar y bailar sobre los zancos tan normal y no se da cuenta de que necesito una concentración», agrega.
«Estar sobre los zancos te da mucho respeto», confiesa antes de señalar que su paso por Eivissa añadirá caché a su carrera.
E.Estévez