El alcalde de Eivissa, Xico Tarrés, recuerda las críticas del PP
cuando el Consistorio presentó el avance de la revisión del PGOU,
que proponía el soterramiento de algunos tramos del segundo
cinturón de ronda, entre ellos el cruce de can Cifre, aunque esta
vía sea competencia del Consell Insular. «Recuerdo las tonterías
que llegaron a decir. Que se apliquen el cuento», indica Tarrés en
referencia al proyecto de desdoblamiento de esta carretera, que
este periódico publicó ayer con todo detalle, y que contempla tres
pasos subterráneos, incluido el de Can Cifre. «Esto demuestra que
no es absurda la propuesta presentada en la revisión del PGOU»,
subraya el alcalde.
El nuevo Plan General de Eivissa presentado por el Pacte antes
del verano proponía el soterramiento de un tramo de la carretera
entre el hospital de Can Misses y can Cifre para conectar el
espacio verde de la zona de cas Mut con el futuro parque de can
Escandell, así como el paso subterráneo de can Cifre. Tarrés
aseguró incluso en la presentación del plan que el entonces
presidente del Govern, Francesc Antich, garantizaba la financiación
del proyecto si ganaba las elecciones del 25-M.
Tarrés rehusa hacer una valoración de lo que supondrá para la
ciudad la ejecución de este macroproyecto, con una inversión de 23
millones de euros (3.800 millones de pesetas), hasta que haga un
«estudio más profundo». No obstante, recalca que el desdoblamiento
del segundo cinturón, que, según el proyecto del Ministerio de
Fomento, estará listo en 2007, no tiene que condicionar la cesión
del primero. La consellera insular de Hacienda, Vías y Obras,
Stella Matutes, aseguró hace dos semanas a este rotativo que el
Ayuntamiento no podrá convertir el primer cinturón, que es
competencia del Consell, en una avenida más de la ciudad hasta que
no esté listo el desdoblamiento del segundo para evitar el colapso
del tráfico.
El alcalde de Eivissa, sin embargo, mantiene que «una cosa no
tiene que ver nada con la otra» y que esperar tres o cuatro años
más para la cesión de la vía es «demasiado tiempo». «El primer
cinturón no puede ir ligado al segundo porque ya no realizan la
misma función. El primero funciona como una avenida más de la
ciudad, aunque aún no lo sea. Es más, así como está ahora retrasa
más el tráfico y provoca más atascos», indica.
Tarrés avisa del peligro que supone para los viandantes que
residen en el extrarradio o acuden a las instalaciones deportivas
de Can Misses las condiciones del cinturón. «La gente cruza la
carretera sin utilizar los puentes», advierte.
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