E ntre los personajes que he tenido la suerte y la dicha de conocer merecen una atención especial varios editores. Cada uno de ellos merecería ser tema de varios artículos tanto por su personalidad como por su obra y su profesión. Recuerdo entre ellos a varios que destacan como Clara Janés, Carlos Barra, el hijo de la Duquesa de Alba, Jacobo, Conde de Siruela y Juan Grijalvo. De Clara Janés diré que era todo un personaje de la alta burguesía catalana, hija del famoso editor José Janés, y autora de muchos artículos e interesantes libros de ensayo y una mujer muy polifacética que además de su trabajo como editora en su curriculum figuraban cargos tan relevantes como la dirección deAula de Lengua y Literatura d de Cataluña, Valencia y Baleares. Cuando estuvo en Ibiza aprovechó para escribir artículos sobre la isla, que le había cautivado con sus paisajes.

Juan Grijalvo, dueño de la editorial que lleva su apellido, merecería un capítulo a parte como personaje interesante. Lo conocí porque coincidí con él en varias ocasiones. La primera de ellas fue en un concierto en el Castillo de Canet, propiedad de unos amigos míos, seguido de un cóctail, donde me lo presentaron. Era un señor de porte distinguido, trajeado, culto, gran conversador ya entrado en años, y cuál sería mi sorpresa cuando me informaron que era miembro destacado de Partido Comunista. Estaba postulando sobre las excelencias de él mismo entre canapés de caviar y copas de champagne francés, sentado en la zona VIP del concierto y en aquellos momentos pensé lo que un amigo mío llamaba a ciertas personas de izquierda la gauche caviar.

Jacobo Siruela es muy joven todavía, culto y educado y que dirige la editorial que lleva el nombre de su título nobiliario donde realiza una magnífica labor al editar libros muy particulares que quizás no son muy conocidos por el público con el consiguiente riesgo, ya que no se pueden hacer grandes tiradas. Supongo que le habrá asesorado bastante en el tema el tristemente desaparecido Duque de Alba, que también había dirigido una editorial. He coincidido con él en varias ocasiones en casa de su madre y siempre me ha parecido un personaje interesante.

De todas formas, y a pesar de la gran relevancia de estos tres editores, dedicaré más espacio y atención a la figura de Carlos Barra. Culto, ensayista, importante editor de libros en la famosa Seix-Barra, senador del PSOE por Tarragona y, además, viajero empedernido. Una de sus obras más importantes son sus «Memorias».

Considero a Barral un gran personaje al que conocí cuando estuvo de vacaciones durante una semana en la isla acompañado de su esposa. Tuve la suerte de trabar una sólida amistad. Estuvimos juntos en Formentera y le invité a un almuerzo en Forada junto a otros amigos y recuerdo que en plena sobremesa se levantó para ir a pasear con su señora por la zona entre almendros, algarrobos y olivos.