Los pescadores que participaron en el curso muestran la red que han arreglado. Fotos: KIIKE TABERNER

E Eivissa todavía mantiene cierta tradición en el mundo de la pesca y a pesar de que las nuevas generaciones no quieran dedicarse a este oficio, todavía quedan jóvenes que enfocan sus vidas a vivir de la mar. Se pudo ver ayer en la entrega de diplomas del primer curso de reparación de redes de arrastre que tuvo lugar en la Casa del Mar de Eivissa, con motivo de que la gente sepa valorar la importancia de las actividades pesqueras e intentar que la tradición marinera no se pierda.
Es el caso de Lucas Costa Costa de 23 años, marinero por tradición familiar y aficionado a la pesca desde los doce años, que ha participado en el curso porque cree «que este tipo de iniciativas está muy bien para iniciciarse y porque te ayuda en el oficio». Este joven pescador también cree que no hay gente joven que tenga este oficio como profesión «porque la gente joven se tendría que levantar demasiado pronto, y eso no les gusta».
Otro caso bien distino es el de Antonio Ribas de 24 años, tímido y poco hablador, que sí se ha decantado desde hace cuatro años por vivir como pescador, no por tradición familiar sino porque le gusta el mar.
Según ha manifestado Pep Martínez, Presidente del Grup Leader, financiador del curso, y grupo subvencionado por la Unión Europea, «lo que se pretendía con este tipo de cursos era que, a parte de que los pescadores supieran arreglar sus redes, era intentar que saliera gente que se dedicara a ésto».
Dentro de muy poco tiempo la escasez de candidatos jóvenes para la pesca desaparecerá al surgir una nueva iniciativa de las mismas características. Se tratará del mismo curso pero esta vez estará centrado para un sector de la sociedad muy específico como son los enfermos mentales, que tienen muy limitadas sus posibilidades de insercción en el mundo laboral. Lo que se intenta es que se rehabiliten psicosocial y laboralmente con una formación adecuada en una profesión y que aprendan a integrarse.C.V