El inicio del curso escolar en el ámbito de la enseñanza infantil se realizó ayer con dos puntos de vista totalmente diferentes. Los alumnos, 'enanos' en su mayoría, acogían el cambio de hábito y la vuelta a las aulas con cierta circunspección, serios muchos, alegres algunos por volver a encontrar a su amigos y alguno que otro lloroso por abandonar el 'dolce far niente' veraniego. El profesorado también ponía ayer en Formentera una cara que podríamos llamar simplemente especial, ya que después de varios días trabajando para que todo estuviera a punto ante el inicio de las clases, las 'fieras' llegaban por fin. Amansadas unas, perplejas otras y los debutantes sin saber en qué se metían. Pese a las vicisitudes obvias de un inicio de curso, en todas las escuelas de Formentera el decurso del día fue absolutamente normal, inusualmente normal debido, probablemente, a lo escalonado del reingreso de los escolares a las aulas. Si ayer eran sólo los estudiantes de infantil, hoy se incorporarán al 'cole' los de primaria y mañana los de secundaria. Esta decisión del Govern mereció ayer bastantes quejas y críticas de los padres con un par o tres de hijos que se encontraban con el hecho de que se 'liberaban' de uno de ellos pero no del otro u otros y señalaban que hubiera sido más lógico empezar todos el mismo día, un día antes o después, pero todos a la vez pregonaban. Por lo que se refiere a los centros educativos de la isla, a diferencia de los de Eivissa, en Formentera los problemas son este año menores que en cursos anteriores. En el Colegio del Pilar de la Mola con dos aulas y 25 alumnos estaban las dos profesoras previstas, en Sant Ferran de Ses Roques el colegio público que cuenta con nueve aulas y 181 alumnos tenía cubiertas las 14 plazas de magisterio y en el Mestre Lluïs Andreu de Sant Francesc las 22 aulas, con 29 maestros y 351 alumnos no presentaba problemas para que entre ayer y hoy el curso se reinicie de forma absolutamente normal. En el único centro de Formentera en el que había algunas carencias era en el IES Marc Ferrer que con un total de 295 alumnos y una plantilla prevista de 52 profesores, había un total de cinco o seis maestros que aún no habían comparecido en la isla; se trata de profesores de francés, inglés, catalán, plástica y cocina.