B. ROSELLÓ/ J.M. ALONSO
Más de 300 personas se congregaron ayer en las inmediaciones del Recinto Ferial con silbatos, ollas, cucharas y toda herramienta imaginable con el único objetivo de hacer ruido y no pasar inadvertido para los invitados de la ceremonia del Dia de Balears. Más de medio centenar de agentes de la Policía Nacional custodió durante cuatro horas al colectivo de la Plataforma Antiautopista que no descansó ni un minuto. En total, y según el portavoz de la Delegación del Gobierno, Jordi Bayona, se desplazaron hasta Eivissa 50 agentes procedentes de Valencia y otros 30 desde Palma.

La comitiva de los responsables políticos llegó a Eivissa en un avión fletado únicamente para ellos, y los autocares en los que fueron trasladados, custodiados por la Policía Nacional. El colectivo de la Plataforma Antiautopista recibió a Jaume Matas a primera hora de la tarde a las puertas del Consell Insular, donde debía firmarse un convenio para la conservación del patrimonio eclesiástico. Tras un tiempo, los antiautopistas se desplazaron andando, y a grito de «no volem una illa amb ciment», hasta el Recinto Ferial donde permanecieron hasta pasadas las 22 horas. Antes de iniciarse el acto, el ex presidente del Consell Antoni Marí Calbet recibió un huevo lanzado por un activista, que no dudó en encararse a la persona encargada del lanzamiento.

«Palau dimite, el pueblo no te admite», «arriba las manos, es un atraco» o «Palau, cobarde, sal a dar la cara» fueron algunos de los cánticos que proliferaron durante toda la tarde de ayer en uno de los laterales del edificio. El concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Eivissa, Vicent Torres, la concejala de Fiestas, Sandra Mayans, el de Medio Ambiente, Juan Rubio, el de Bienestar Social, Santiago Pizarro, el de Deportes, Roque López, la consellera en la oposición, Patricia Abascal, el portavoz de Esquerra Unida, Miquel Ramón o el ex conseller de Interior, José María Costa, fueron algunas de las caras políticas que también se sumaron al grupo de activistas, que por momentos iba creciendo, hasta llegar a ser cerca de 400 personas.

Entrada ya la noche en las afueras del Recinto Ferial, los activistas reclamaron también un ágape al son de «volem bunyols per tothom», mientras tres máquinas de la empresa adjudicataria se dirigían por el segundo cinturón a escasos metros de los antiautopistas que no dudaron en pitar el paso de las mismas, mientras otro grupo formado por una veintena de personas abandonaba el lugar para dirigirse al aeropuerto a 'despedir' a Jaume Matas.

Una vez finalizada la ceremonia, el portavoz del Consell Insular, Joan Marí Tur, abandonaba a las 21,40 horas las instalaciones por la puerta principal, a diferencia del resto de políticos, recibiendo una gran pitada por parte de los manifestantes, que se entretuvieron a hacer sonar los quitamiedos de la carretera con piedras, mientras los vehículos dejaban oír sus bocinas al pasar por la zona.