La Chocolata no sólo disfruta con el baile flamenco, que es su trabajo, también dedica muchas horas al gimnasio que es su afición preferida.

Dicen que quien la ve bailar nunca la olvida ¿Cuál es su hechizo?

-Transmitir, dar todo lo que tengo dentro y expresárselo a la gente. Pienso que eso es más que un movimiento, porque el flamenco no es solamente ponerte a bailar. Bailar hoy en día sabe toda la población, pero transmitir es un poco difícil. Me gusta que el que esté enfrente mía sienta lo que yo siento para que conozca lo que es la cultura flamenca.

-¿Baila en fiestas privadas?
-Sí
-Y en el caso de que una noche coincida una fiesta familiar y una fiesta privada ¿A cuál acude?

-Me ha pasado muchas veces. Primero voy a bailar y después me voy a la fiesta gitana. Casi siempre me pasa en verano, pero bueno, como la fiesta gitana dura desde la mañana hasta el otro día, bailo las tres o cuatro horas que me contraten, me visto deprisa con mis pantaloncitos y mi camisa y me voy para la fiesta gitana.

-¿Cuál es la principal ley gitana que rige su vida?

-Ante todo el respeto hacia los mayores y hacia la gente que también te tiene respeto. La educación, la familia, ser amiga de tus amigos. Ser humana ante todo.

-¿El barrio de sa Penya tiene solución?
-Sí claro, mucha solución. Lo que pasa es que hace falta un poco de ayuda para que arreglen las calles, para que arreglen todo el barrio en general, que es muy precioso. Me he criado allí y si volviera a nacer también me criaría allí. Lo que pasa es que es como todo, todo tiene su fama. Pero hasta que no estás dentro y vives y convives con la gente no ves que, como en todo, hay gente mala y buena. Pero tiene solución, en esta vida todo tiene solución menos la muerte.

-¿Si se enamorara de un joven que no fuera de la cultura gitana, ¿se casaría con él?

-Claro, ni me lo pensaba. De hecho, un 80% de los gitanos de la isla, tanto chicas como chicos, están casados con gente que no es de su cultura. Muchas veces hay bodas gitanas y ves más payos que gitanos. Además, pienso que en esta vida es el corazón y lo que sientas por esa persona, no es la raza.

-Farruquito,¿héroe o villano?
-Para mí héroe. Todos en la vida fallamos o ignoramos muchas cosas. Si me pasa a mí yo tampoco sé cómo actuaría porque el miedo es muy malo. No lo estoy justificando porque el que algo hace, algo paga, para bien o para mal, pero de cara a lo que es el artisteo, para mí el Farruquito es único.

-¿Le conoce?
-Sí, este verano coincidí con él en la fiesta de Pino Sagliocco, cruzamos unas cuántas palabras pero no hablamos de este tema porque esa es su vida. Cuando hablamos, hablamos de flamenco.

-¿Baila algún otro ritmo o danza?
-Sí claro, y la gente se queda alucinada. Es más, justamente ahora vino El Barrio, nos fuimos todos de fiesta, y terminamos en el Pachachá. Empezaron a poner música brasileña, y la Chocolata venga bailar música brasileña. Después siguieron con salsa y house, y en un momento me dice uno de la percusión «Niña tú que no bailas», y le digo, «el tango argentino que es lo que me falta». Porque todo lo que sea ritmo, música y danza me gusta mucho. Pero hombre, ante todo el flamenco.

-Entonces también disfrutará en las discotecas con la música electrónica...

-Sí, sí, cuando voy a Madrid en noviembre me dicen «tú eres una gitana rara muy puesta en la sociedad» y yo les digo «yo soy de Eivissa y soy una gitana electrónica». Y es porque me he criado aquí, aunque mi cultura gitana siempre va hacia adelante. Pero los gitanos de Eivissa nos hemos criado más con payos que con gitanos, entonces, sí, tengo mis costumbres: las buenas las cojo pero las que no me gustan no.

Luciana Aversa