Una enorme pancarta fue colocada junto al campanario mientras se celebraba la procesión religiosa. Foto: MARCO TORRES

Los antiautopista decidieron aprovechar ayer las celebraciones del día grande de Sant Josep para manifestarse contra las autovías. Lo hicieron desde las 11:30 horas hasta casi las 13 horas con una concentración pacífica y silenciosa en la plaza de la iglesia de la localidad. Aproximadamente unas 50 personas se reunieron con camisetas, carteles, y pancartas reivindicativas en frente del edificio eclesiástico mientras casi una decena de agentes de la Policía Local y la Guardia Civil controlaban que no se produjeran altercados. El punto más álgido de la protesta se vivió al finalizar la misa solemne, cuando la procesión pasó con toda la comitiva de autoridades por delante de los antiautopista, que inmediatamente enarbolaron en alto las pancartas y carteles contra los proyectos viarios. Aunque no hubo pitidos ni abucheos se pudo escuchar algunas palabras de reproche como la de 'titella', dedicada al presidente del Consell Insular d'Eivissa i Formentera, Pere Palau. Momentos después algunos antiautopista consiguieron subir a la parte de arriba de la iglesia, junto al campanario, y desplegar en la fachada principal una gran pancarta con el lema 'No volem autopista' mientras regresaba la comitiva al edificio eclesiástico, provocando los aplausos del resto de sus compañeros. Fueron sólo cinco minutos, el tiempo justo para que lo vieran todas las autoridades que pasaban con la procesión. Este acto fue inmediatamente reprobado por el párroco de Sant Josep, José Luis Mollá, que expresó su malestar a los protagonistas y dejó claro que no había permitido esta acción.

La protesta antiautopista fue duramente criticada por los políticos del PP. El presidente del Consell calificó de «lamentable» que «los antiautopista reventaran el día grande e incluso invadieran la iglesia para subir y poner una pancarta». «Es una ofensa que hacen al Ayuntamiento de Sant Josep con la colaboración del Pacte». El alcalde, José Serra Escandell, aseguró que la protesta estaba «fuera de lugar» y el obispo de Eivissa, Vicente Juan Segura, manifestó que es «un abuso y una manipulación de un acto religioso, todas la personas tienen derecho a expresar su parecer pero utilizar una procesión no tiene sentido, no es el momento, espero que no vuelva a repetirse un hecho así».