La diseñadora Piluca Bayarri está de vacaciones en Nanjing y ha aprovechado sus días de descanso para coincidir con la visita de la comisión balear y, así, estar presente en la pasarela de moda que se celebra esta tarde en un hotel de lujo de la ciudad asiática.

En el desfile, Bayarri presentará dos modelos de su especialidad: dos trajes de baño con sus complementos. Además, la diseñadora mostrará un vestido de fiesta al que dio forma y estilo con telas chinas a petición del Govern, ya que fue seleccionada junto al diseñador Toni Bonet para crear una pieza con materia prima de este país. «La tela nos la enviaron desde aquí y nos pidieron un traje de fiesta, cuanto más llamativo mejor», explicó Bayarri en el bar del hotel Metro de Nanjing, espacio en el que se celebrara el desfile.

Con esta propuesta y sin imaginar que llegaría un crepe negro estampado con puntos grises en vez de las sedas chinas con las sonaba, Bayarri reinventó este tejido en un vestido largo con un corset decorado con miles de pequeños cristales de Swarovsky que se complementa con un sombrero, también decorado de Swarovsky. Un estilo sobre el que también sabe mucho ya que completa su labor en diseño de 25 años de experiencia sobre trajes de fiesta y modelos adlib.

La diseñadora ha decidido también que sus vacaciones sirvieran para algo más que para cargar las pilas, y mientras se maravilla con la cultura asiática y su forma de vida, ha decidido entregar en mano uno dossier de su empresa a un contacto del país. Lo mismo que hace el Govern balear con los dossier de todos los diseñadores y empresas de moda que participan en la pasarela, pero en persona. «A mí sólo con que un chino me coja una tarjeta y que no se la tenga que dar otra persona, me va bien, por mas que salga algo o no salga», explicó la diseñadora, que también destacó que ve complicado vender en China. «Fácil no hay nada», agregó. Aun así, Bayarri sabe lo que es tener y tratar con clientes extranjeros desde que las ferias de París y Milán le abrieron puertas, sobre todo, a los países árabes. «La ventaja es que ya tengo mi propia clientela internacional y la suerte de que el cliente vuelve. No vendo barato, al contrario, porque para mí la producción es no vender barato para que puedas competir», agregó Bayarri, que destacó además la ayuda de la Cámara de Comercio que recibe, al igual que el resto de los diseñadores.

En lo que se refiere, precisamente, al tema de la producción que debe abarcar para alcanzar estos mercados, Bayarri explicó que su empresa, en la que también trabaja Margarita Wanegall, produce dentro y fuera de la isla: «Producimos en India, Bali, Barcelona y la isla, pero todo se genera en Eivissa. Las ideas y todo. No tengo ninguna oficina en otro sitio», comentó sobre su trabajo en la isla: «Eivissa es una maravilla en el diseño de moda. Aparte, los diseñadores de la isla son internacionales, de todos los caracteres, de todas las culturas», concluyó Bayarri, y expresó su plena confianza en el buen papel que harán las 22 empresas pitiusas que se presentan hoy en la pasarela junto al resto de las empresas de la Islas.

Luciana Aversa