En Sant Antoni Sus Majestades llegaron por mar y tras subirse a sus respectivas carrozas recorrieron las iluminadas calles de la ciudad abriéndose paso entre la multitud que les vitoreaba y pedía caramelos. Melchor, Gaspar y Baltasar fueron siguiendo el rastro de luz que dejaba la gran estrella colocada a la cabeza de la cabalgata por el paseo de Ses Fonts y las calles Ample, Sant Antoni, Madrid y Balançat hasta llegar a la iglesia donde los tres Reyes entregaron regalos, en señal de ofrenda. La agrupación musical de Nuestra Señora de los Dolores fue la encargada de impregnar de ritmo la gran caravana, a cargo de los sonidos de las trompetas y los tambores. No obstante, la anécdota la puso la carroza final, compuesta por jóvenes tiznados de negro y disfrazados de mineros que mostraban a los pequeños grandes sacos de carbón, lo que propició un sonado abucheo por parte de muchos niños. En definitiva, todo el municipio se volcó ayer en lo que fue la noche más importante para los retoños de la casa.

I. L.