CONCHA ALCÀNTARA
La residencia de Santa Eulària 'Can Blai' se encuentra en pleno proceso de apertura y adaptación del centro, «de tomar el edificio», dice el gerente. Una tarea que tacha de «titánico» ya que hace escasamente un mes que empezó a recibir los primeros ingresos. Actualmente hay doce personas mayores ingresadas, aunque la previsión era que fueran 16 pero por motivos familiares no han podido ingresar aunque se espera que lo puedan hacer mañana lunes. La residencia está indicada a usuarios que padecen una demencia, principalmente degenerativa, y con un grado de dependencia importante. «Los residentes que tenemos ahora son un poco mixto, ya que hay gente muy dependiente con mucha alteración de la conducta pero otros que no son tan dependientes pero sí necesitan una supervisión continua por sus alteraciones de la conducta, relacionadas con el vagabundeo», explicó el gerente. De alguna manera, los residentes actuales representan lo que será en un futuro. Por sexo, predominan las mujeres ya que hay nueve mujeres y tres hombres. Las edades van de los 55 a los 85 años. La persona con mayor edad es una mujer.

Una vez que se le asigna la plaza, el personal de la residencia se pone en contacto con la familia para informarle del centro y la dinámica que se ha de seguir de cara al ingreso: marcar la ropa, la medicación, los informes, etc. El día del ingreso se le hace una valoración exhaustiva por los profesionales del centro para elaborar un plan de cuidados del centro. A partir de aquí se empieza a funcionar. La rutina diaria comienza a primera hora de la mañana al levantarlos, el aseo, la ducha, el desayuno y sus actividades lúdicas, fundamentalmente pintura, y de rehabilitación. La hora del aseo y el acostarse es lo que más les cuesta en esta rutina.