El mercadillo de s'Alamera festejó ayer su tradicional fiesta de la primavera con música en vivo y actuaciones, y con una degustación ofrecida por bares y restaurantes de la zona, en la que se pudieron saborear verdaderas delicias por tan sólo un euro.

L.A.

Animada por la música del grupo Kameltow, que lo mismo tocaba rock, que pop o clásicos de los años 60, la mañana contó con la visita del alcalde Vicent Guasch, a quien los vendedores regalaron una talla de madera del Puig de Missa como obsequio de despedida. «Lo hicimos en gratitud por los tantísimos años que hemos compartido. Porque, nosotros, como mercadillo, llevamos 28 años y él, como alcalde, creo que más o menos los mismos», comentó María José Serrano, vendedora de S'Alamera, a quien las cuentas le han salido muy bien ya que Vicent Guasch lleva también 28 años como alcalde, un cargo que dejará tras las próximas elecciones.

Como cada año, el alcalde donó por parte del ayuntamiento un cheque para asociaciones altruistas, una costumbre en esta fiesta, que además de lúdica, tiene siempre un gesto benéfico con alguna ong de la isla. Y esta vez fueron dos, Aemif (Asociación de Esclerosis Múltiple de Ibiza y Formentera) y Aspanadif (Asociación de padres de niños discapacitados de Ibiza y Formentera), las que recibieron la ayuda de los comerciantes, que además hicieron una colecta entre ellos y les donaron también la recaudación de la degustación y la bebida.

El transcurso de la celebración contó después con un grupo de artistas espontáneos, que quisieron mostrar sus habilidades de capoeira y danza brasileña, y cuya exhibición, llena de ritmo y destreza, fue muy aplaudida por el numeroso público que al mediodía ya poblaba el paseo de Santa Eulària.