Por primera vez en la última década el tiempo impidió ayer la celebración de las fiestas de el Pilar de la Mola que quedaron suspendidas hasta que mejore la climatología. Las tempestades que se pronosticaban para este puente festivo batieron de lleno la pitiusa menor, impidiendo el normal desarrollo de una de las celebraciones más esperadas en la isla ya que coinciden con el fin de la temporada veraniega.

El viento y la lluvia fueron los protagonistas indiscutibles de la celebración del Pilar que quedó en una misa solemne, una mini procesión y un breve convite a vino payés y orelletes. Las principales autoridades de la isla, encabezadas por el presidente del Consell de Formentera, Jaume Ferrer, la vicepresidenta, Sònia Cardona y diversos consellers tanto del equipo de gobierno como de la oposición, así como el diputado autonómico por Formentera, Pep Mayans, acompañaron a los máximos representantes de la Guardia Civil y de la Policía Local en el día de la patria, una celebración que estuvo marcada por un hecho que no gustó a muchos de los participantes en la procesión. Durante la misma unos sonadors venidos de Eivissa acompañaron la procesión con el himno nacional lo cual suscitó malas caras y comentarios en voz baja por parte de muchos de los asistentes que entendieron que una fiesta popular y tradicional como es la del Pilar no podía enturbiarse por un sentimiento 'patrio' fuera de lugar en esas circunstancias.

El tiempo hizo que se suspendieran todos los actos festivos previstos por la tarde, excepto un concierto de música irlandesa del siglo XVII, porque se celebraba a cubierto, y quedaba a expensas de lo que hoy suceda para ver si se pueden hacer los conciertos, las actividades de animación infantil y los fuegos artificiales. Tampoco pudieron inaugurarse las obras del carrer de sa Talaiassa ya que el tiempo desaconsejó los actos en un día que, pese a todo, congregó a un gran número de personas a y visitantes que son asiduos a las fiestas de el Pilar de la Mola. lG.Romaní