Aquí les damos el empujón final para que se incorporen a la vida normal y para ello hace falta trabajar», cuenta Joan Carles Palerm, técnico de la Fundación Deixalles. Las instalaciones de esta organización se ubican en el polígono industrial de Montecristo. Allí, hasta 20 personas con diferentes problemas sociales pueden acudir de 08'00 a 15'00 horas para trabajar. Cerca del mediodía de ayer, 14 personas trabajaban en las labores de reutilización de electrodomésticos y muebles de todo tipo. En la entrada del recinto de la Fundación, un camión descargaba diferentes artículos en la plataforma que ejerce las funciones de pesa. «De esta manera obtenemos diferentes datos que son necesarios para, por ejemplo, despedazar un mueble», asegura el técnico, mientras al mismo tiempo respondía a los requerimientos de uno de sus trabajadores. Tras obtener los diferentes pesos, tanto muebles como electrodomésticos pasan a la parte interior de la nave industrial. «Dentro tenemos una parte en la que ponemos los artículos de electrónica y electrodomésticos y en otra ubicación colocamos los muebles», señala el técnico. En la sala habilitada como taller de carpintería, cuatro hombres ultiman los detalles de una bonita mesa de jardín, que han hecho en tan sólo seis horas, y se disponen a crear sus cuatro respectivos taburetes. Almil es el monitor que se encarga del taller de carpintería: «Trabajamos muy deprisa y todo lo que hacemos suele venderse bastante bien». Unos metros más atrás, Marcos comprueba que una radio funciona bien: «Ellos me ayudan a desguazar y preparan todos los detalles para que los productos salgan a la venta». En este sentido asegura que las neveras pintadas suelen tener mucha salida: «Se disimulan todos los golpes que puedan tener, así como las manchas de óxido. Si a eso le sumas que funcionan perfectamente porque las he arreglado, el resultado es bastante bueno». Una vez que los productos ya han sido arreglados y preparados para la venta pasan a una sala que hace las funciones de tiendas. Por un precio mínimo, los clientes pueden llevarse artículos en buen estado que pueden ser incorporados perfectamente a la vida diaria. Así, por unos cuatro o cinco euros un individuo puede tener una vajilla completa. En esta tienda se pueden encontrar sofás, colchones, libros, discos, televisones, lavadoras y neveras, por ejemplo. l María José Real