B. ROSELLÓ Tras el anuncio del conseller de Mobilitat, Albert Prats, de querer conceder 150 licencias temporales de taxi a repartir entre los propietarios de autorizaciones y los asalariados del taxi, los representantes del sector se reunieron ayer con el Ayuntamiento de Vila para mostrar su desacuerdo a este nuevo plan de transporte.

Durante la reunión, tanto los representantes de la asociación de taxistas de Vila como los de Unió Pitiusa abandonaron la mesa de negociación por considerar que desde el Consistorio debe «regularlo» de forma adecuada y ofrecer estas licencias entre los propietarios, según explicaron tanto José Serafín, de la asociación de taxistas de Vila, como Joan Marí, de Unió Pitiusa. Serafín, además, explicó que el reparto por municipios también debe regularse ya que en lugares como Sant Joan o Santa Eulària no lograrán cubrir el cupo previsto y «luego vendrán al municipio de Eivissa a trabajar».

El presidente de los asalariados, Alejandro Cardell, también reiteró al Ayuntamiento su desacuerdo con este nuevo plan de transporte: «Necesitamos, por lo menos, que nos garanticen que vamos a poder explotarlas durante seis o siete años. Pero, primero de todo, lo que queremos es optar a una licencia anual y sino conservar los derechos que hemos adquirido después de tantos años de estar en el mundo del taxi», explicó. Y es que en caso de optar por una temporal, los asalariados perderán las opciones a lograr una licencia anual y quedarán al mismo nivel que los que empiezan ahora a trabajar como conductores.