Un sonido caracterizó la función matinal de Can Ventosa durante la mañana de ayer, la risa. Cada uno en su asiento, los 321 niños de los colegios Poeta Villangómez, Cas Serres y Can Misses mostraban su más completa atención a los dos personajes de cuento que se encontraban sobre el escenario.

«Somos dos personajes de cuento, pero no sabemos de qué obra», aseguró el payaso Lapislázuli. Y añadió: «Nuestro creados estaba montando la historia, pero de repente llegaron sus amigos y se marchó con ellos; no acabó la historia, por eso no sabemos a qué historia pertenecemos». Una amplia representación infantil de la ciudad de Eivissa se deshacía en risas continuas gracias a la actuación de los dos personajes de cuento desconocido. Bajo el nombre Ballam un conte, Anna Compte y Marga Llobera han representado tres relatos cortos de Gianni Rodari: Tonyito l'invisible, El camí de xocolata y Les monges viatgeres. Sin embargo, la narración que consiguió arrancar más risas y emoción de los pequeños fue el relato de Tonyito, un niño que no se había aprendido la lección y de camino a clase deseó ser invisible. «Ya en clase Tonyito descubrió que era invisible y empezó a tirar borradores, colores, lápices y cuadernos», explicaba uno de los personajes de la función. Mientras dos mujeres se esforzaban sobre el escenario para hacer reír a los pequeños, otras tantas, estas profesoras, intentaban contener la excesiva algarabía de determinados muchachos. «No te levantes de la silla para gritar», decía una profesora a un niño muy revoltoso que aprovechaba cualquier oportunidad para tener su minuto de gloria ante sus compañeros. Tras casi una hora y media de función, muchos bailes acompañados de sonrisas y mucha emoción, los 321 niños en compañía de sus profesores y profesoras abandonaron el edificio comentando lo que habían visto y, sobre todo, las escenas o acciones que más le habían gustado, aquellas que guardarán como un bonito recuerdo. l María José Real