G.ROMANI Josep Juan Cardona y Pep Mayans, diputados en el Parlament de les Illes Balears presentaron ayer la propuesta que debatirá el Parlament en fechas próximas relativa a la situación del atún rojo en el Mediterráneo y las medidas a adoptar para impedir su extinción a corto o medio plazo. Josep Juan Cardona señaló la sobreexplotación que se está produciendo en los últimos años y la falta de control en materia de cupos de captura que se sobrepasan de forma clara sin intervención de las autoridades europeas, e indicó que la iniciativa del grupo popular en el Parlament y del diputado por Formentera, Pep Mayans, parte de una normativa del año 97 que no se ha utilizado jamás y que bien empleada podría aportar una solución al problema; en este sentido Juan dijo que en su época de conseller de pesca en el Consell Insular d'Eivissa i Formentera consiguió que saliera adelante una normativa que impedía la utilización de las redes de deriva que provocaban una gran mortandad en especies protegidas pero que además no eran el objeto de la pesca como tortugas, ballenas u otras especies no comerciales.

Según Juan Cardona la delimitación de un área económica exclusiva para España para la protección de recursos marinos, también puede utilizarse para proteger el atún rojo en un área muy grande ya que partiría desde el cabo de Gata rodearía las Balears hasta 50 millas al este de Mallorca, llegando casi a Cerdeña y regresando a la costa continental en el límite de las aguas jurisdiccionales españolas y francesas. Juan Cardona afirmó que el estado español tiene soberanía plena para poder dictar normas de protección de especies marinas, según el Real Decreto 1315 de 1997, y que dado que el área de reproducción del atún está situada al sur de Formentera, se cree un santuario permanente en el que no se pueda pescar atún en niguna época del año y, añadió Juan Cardona, se prohiba en toda la zona en cuestión la pesca mediante el sistema de cerco y cualquier otro arte que no sean las tradicionales del Mediterráneo como la almadraba, anzuelo y atuneros clásicos, pero nada de cerco y menos con apoyo aéreo a la flota para localizar los bancos de atunes, ya que durante 3.000 años se ha pescado así, dijo, sin que la especie se resintiera por lo que las barcas de cerco han de desaparecer de las Balears y de toda la zona de influencia española.