La segunda causa de mortalidad después del cáncer es el ictus cerebral, también conocido como ataque cerebro vascular, que, además, es la primera causa de discapacidad. Sin embargo, esta enfermedad es más desconocida que el infarto que «tiene más peso social y moviliza a más recursos», dijo ayer el doctor Pedro Navarrete, jefe de servicio de la unidad de cuidados críticos y urgencias del hospital Virgen de las Nieves de Granada, que coordina el curso sobre toma de decisiones clínicas en el ictus isquémico agudo, que se celebra en el salón de actos del centro de salud de Es Viver y en el que están inscritos 28 facultativos.

Con este curso multidisciplinario, en el que colaboran intensivistas, neurólogos y radiólogos, se trata de formar a los médicos acerca del ictus, sobre todo en atención primaria ya que «son el primer eslabón de la cadena y tienen que alertar a los hospitals de este tipo de situación para continuar allí este tratamiento», añadió. Navarrete recordó que el tramiento más eficaz para la obstrucción de la arteria del cerebro que origina el ictus es «abrir un vaso sanguíneo para restaurar cuanto antes el flujo» y el daño sea los menos posible. «No es lo mismo que un señor con 70 años sufra una embolia cerebral y esté diez años discapacitado, que le tengan que dar de comer o bañar, a que se quede con un mínimo déficit y sea capaz de caminar, vestirse o comer», aclaró. La eficacia del tratamiento es que se intervenga en menos de tres horas desde que se detectan los primeros síntomas, como la pérdida de fuerza en mitad del cuerpo o la boca torcida.

La prevalencia de nuevos casos de ictus anuales es de 187 pacientes por cada 100.000 habitantes. La edad de aparición de la enfermedad está entre los 65 y los 75 años con más casos de hombres a los 65 mientras que hay más casos de mujeres que se aproximan a los hombres.

El curso es el quinto que se organiza en España de estas características y el primero que se celebra para diferentes niveles asistenciales ya que hasta ahora sólo se había limitado al ámbito de los intensivistas.

La doctora Paz Merino, responsable de la UCI de Can Misses, recordó que ocho pacientes han sido atendidos a través del tele ictus,un servicio de viodeconferencia que cuenta con el apoyo de la unidad de ictus de Son Dureta.