El sindicato CSI-CSIF salió ayer en defensa de los funcionarios del Registro Civil asegurando que «desarrollan su labor con exquisita profesionalidad» y que en este departamento «se cumple escrupulosamente la legalidad vigente».

Tras las quejas de inmigrantes por las dificultades que se encuentran en el Registro Civil en determinados trámites burocráticos, CSI-CSIF asegura que «en dicho negociado se trabaja en unas dimensiones muy reducidas con un espacio inadecuado y una falta total de medios materiales». Recuerda que la masiva afluencia de ciudadanos es constante y que «en los últimos años el trámite de nacionalidades ha aumentado en un 90 por ciento», afirmando, además que «sólamente la profesionalidad y la buena voluntad de los funcionarios ha permitido que no haya un caos total en dicho servicio».

El sindicato añade que el Registro Civil estuvo tres semanas con los equipos informáticos averiados «por lo que se puede imaginar el colpaso sufrido» y uno de los funcionarios «vio peligrar su integridad fisica al no poder expedir una certificación».

También niegan las acusaciones de xenofobia y sostiene que los funcionarios «no han tenido ningún problema laboral salvo los de atender un negociado de estas características cuya carga de trabajo se ha multiplicado».