La Conselleria de Medi Ambient adiestrará entre ocho y diez perros para que puedan detectar el veneno en el campo balear. El objetivo es constituir brigadas integradas por agentes de medio ambiente y perros, que puedan recorrer los cotos de caza, mayoritariamente en la sierra de Tramuntana, ya que es donde viven más especies protegidas. Esta iniciativa se pondrá en marcha en Balears a partir de la próxima temporada de caza.

Medi Ambient baraja la posibilidad de adiestrar a perros del centro de Son Reus.
Desde el departamento que dirige Miguel Àngel Grimalt especifican que «esta no es una medida contra los cazadores, sino contra los que incumplen la Ley».

En este sentido, existe constancia de que algunos cotos de caza ponen veneno para matar animales como los gatos asilvestrados, que se comen la caza y que incluso pueden llegar a dañar las especies ganaderas.

Especies protegidas
Sin embargo, esta práctica ocasiona cada año la muerte de entre 10 y 12 ejemplares de especies protegidas de las Islas. Por lo general, la mayoría de los animales que mueren en el Archipiélago a consecuencia de este veneno son las milanas, puesto que ya hace bastante tiempo que afortunadamente no muere ningún voltor. No obstante, no todas ellas tienen que haber muerto a causa del veneno, sino que otras pueden haberlo hecho por electrocución.

En este último caso, Gesa-Endesa adecua continuamente su tendido eléctrico para reducir la posibilidad de que las aves colisionen contra su tendido eléctrico.

La situación de las milanas es preocupante, ya que en las Islas únicamente existen 14 parejas.
Desde el año 1996, poner veneno está considerado como un delito penal y si se encuentra veneno en una finca el propietario es sancionado con penas de entre seis meses y dos años de cárcel o cantidades económicas que oscilan entre los 30.000 euros y 40.000 euros.

La Conselleria de Medi Ambient pretende que la medida de los perros que detectan el veneno tenga un efecto disuasorio y confía en que no sea necesario tener que volver a recurrir a las sanciones.

Esta experiencia ya se ha puesto en marcha en otras Comunidades Autónomas, tales como Andalucía, y están funcionando bastante bien, ya que se ha conseguido reducir el número de especies protegidas que fallecen envenenadas.