no de ellos se mareó. Después de mucho tiempo caminando por lugares de no más de 60 metros cuadrados, las dimensiones del Pla de Corona, la vista del horizonte, los almendros y el camino sin muros a los cuatro costados le dejaron sin equilibrio. El resto, respiró hondo, caminó, charló, se recreó en el paisaje y volvió a sentir lo que hace tiempo no siente y que seguramente tiene otro sabor cuando lo has perdido: esa sensación que sólo puede dar la libertad.

Un grupo de reclusos del Centro Penitenciario de Ibiza tuvo la oportunidad ayer de hacer una excursión programada a Santa Agnès, una de las seis salidas que se suelen organizar al año, y a la que sólo pueden tener acceso los que cumplen con los requisitos necesarios: estar penados, tener la cuarta parte de la condena cumplida y buena conducta. Este filtro les ha permitido darse un paseo por la naturaleza pero que para ellos puede significar mucho más que una mañana al aire libre: «De esto me voy a acordar siempre», aseguró una de las internas. «Sí, viene muy bien, porque por lo menos se ve una línea recta y no hay que dar vueltas en el patio», comentó otra reclusa a la que aún le quedan dos años de cárcel. «Por eso voy a aprovechar el momento, porque esto ayuda a pensar y, bueno, una a veces se equivoca. Ahora reflexioné y me dije: se ha acabado», agregó.

Según el encargado de organizar esta salida, el funcionario Alberto Rus Martínez, en este grupo hay personas que ya disfrutan de permisos habituales mientras que a otros aún les queda tiempo en prisión.

Ésta es la primera salida que hacen en 2008, sin embargo, no es la única, ya que desde el centro penitenciario intentan organizar varias excursiones a lo largo del año. «Todo lo que sea para ellos el contacto con el medio abierto le favorece enormemente. La mayor parte de las salidas que hacemos son al Club Nàutic de Sant Antoni para practicar piragüismo, al Puig de Missa, al Museo Catedralicio, a exposiciones a Es Molí d'en Simó o a ver al Gasifred», destacó Martínez sobre este tipo de excursiones que realizan y que deben ser «deportivas y culturales». Oportunidades de las que ya disfrutó «El Nene», otro de los internos, quien además dijo ser «un monstruo de los deportes» y aseguró estar casi libre, con un pie en la calle: «Con el aire fresco me siento renovado ¿Si esto me hace reflexionar sobre la libertad? Claro, sobre eso siempre se reflexiona». lLuciana Aversa