Yanxiang Zhou tiene 53 años y ayer abrió su tienda bazar de regalos a pesar de ser el primer día del año nuevo chino.

Millones de chinos de todo el mundo celebraron la llegada del año nuevo chino, el año de la rata, el pasado miércoles. Ese día, los bazares y restaurantes chinos de Eivissa cerraron sus puertas un poco más pronto de lo habitual para preparar la cena de bienvenida al nuevo año. En algunas casas, como la de Lin Huan Fu, las copiosas cenas a base de mucho tipo de marisco y fruta se bajaron con un baile posterior, mientras que en otras, como la Gou Jian, bajaron a jugar un rato a las máquinas tragaperras. «Pero no mucho porque al día siguiente [por ayer] teníamos que trabajar; los chinos somos muy trabajadores», afirma este señor de 45 años que reside en España desde hace cinco y en Eivissa desde hace dos.

Las celebraciones de la fiesta de fin de año chino se centran en las reuniones familiares a las que acuden también los amigos: «En China es más bien familiar, pero aquí nos juntamos todos porque lo pasamos mejor; después de cenar vemos el espectáculo de principio de año que se celebra en China; es muy bonito», explica Leon Sha, propietario del restaurante Pekín de Eivissa. «También hablamos con nuestros familiares de China, pero lo hacemos días antes porque las conexiones el mismo día de fin de año son muy complicadas», cuenta Lin Huan Fu, dueño del restaurante La casa de Lin, que celebró una gran fiesta de bienvenida al nuevo año por todo lo alto. «Yo estuve en esa cena con mis hermanas, mi familia y varios amigos y lo pasamos muy bien, incluso bailamos», cuenta Yanxiang Zhou, dueña del bazar Rui Zhou Shan. ¿Qué le piden al año de la rata? «Sobre todo mucho trabajo, que no falte, y mucha salud para poder trabajar. También que seamos todos felices en la familia y que estemos todos juntos siempre», cuenta Lin, que este año tiene como principal deseo traer a su padre de su país: «Siempre he dicho que cuando una persona es mayor será feliz si está con sus hijos, con su familia». Yanxiang, Leon y Jian, por su parte, coinciden en afirmar que lo principal es la salud y el trabajo: «Son dos aspectos que no pueden faltar en ninguna casa para que en ésta haya felicidad», explica Yanxiang.

Las celebraciones de año nuevo no se extendieron hasta altas horas de la madrugada porque ayer todos trabajaron como si fuera un día normal: «En China hay dos semanas de vacaciones, pero aquí no podemos cerrar los negocios tanto tiempo», cuenta Lin.

Según la astrología china, el año de la rata tiende a ser un año económicamente difícil en el que la necesidad de seguridad física y monetaria será constante. Por ello, los deseos de todos los chinos se centran en la salud y el trabajo. l María José Real