Las nuevas normas de Sant Josep salvan buena parte de la zona de Port des Torrent que todavía no ha sido construida. Entre la playa y Punta Pedrera se clasifica como suelo rústico una gran área de 72.000 metros cuadrados, a lo que se suma otro sector de 155.000 metros detrás de la cala en el que sólo se podrá edificar en los extremos.

En el primero de los casos se ha decidido proteger toda la zona entre la playa y Punta Pedrera porque presenta «unos considerables valores ambientales y paisajísticos que se tienen que preservar», según el concejal de Urbanisme, Josep Antoni Prats. Además, se ha tenido en cuenta su situación «en primera línea de costa».

A esto hay que sumarle otro sector muy extenso (155.000 metros cuadrados) que está justo detrás de la playa de Port des Torrent. Allí sólo se dejará construir en los dos extremos del sector, tocando con edificaciones ya levantadas, de forma que quede una importante zona libre junto al mar de 90.425 metros. «Será un gran pulmón verde que estará en contacto con los núcleos de Cala de Bou y Port des Torrent», destacó Prats, que indicó que en este sector se reservan también 6.029 metros para equipamientos públicos, algo de lo que prácticamente carece esta zona.

Punta Pedrera
El mayor proyecto de urbanización que amenaza esta zona es el de Punta Pedrera, enfrente de la playa. En la actualidad, el Govern ha dictado una moratoria en la zona con vistas a proteger todo ese sector urbanizable de 112.000 metros. De todas formas, en numerosas ocasiones se ha dicho que para evitar indemnizaciones quizás se optará por construir en la parte más lejana al mar. «Ojalá el Govern lo protegiese todo, pero mientras tanto desde Sant Josep hemos recogido en las normas las peticiones vecinales y es que se conserve la punta en sí», explicó el edil, que indica que no podían desclasificar la zona desde el Consistorio por estar ya urbanizada y por las indemnizaciones que se podrían generar. De esta forma se dejan 35.777 metros como espacio libre público en la punta de la pequeña península.

Otro suelo urbano desclasificado es el que afecta a la zona de Cala Molí, donde habrá una moratoria de nuevas licencias de construcción hasta que no se apruebe un plan especial que asegure el abastecimiento correcto de servicios como luz, agua y alcantarillado.

En Cala Molí (playa muy cercana a Cala Tarida) las normas de 1986 preveían una superficie total para urbanizar de 362.000 metros cuadrados, que se ha reducido en 107.900 metros. Dentro de los 244.400 que quedan edificables se introducirán casi 100.000 de zona verde, con lo que, descontando los viales queda tan sólo una superficie de 94.000 metros prácticamente consolidada.

En la zona de Cala Molí hay otro sector de 57.000 metros cuadrados donde ya se han realizado las labores de urbanización (calles, alcantarillado, etc.) pero donde todavía no se han levantado edificaciones. En las nuevas normas subsidiarias se limitan las viviendas a un máximo de diez por hectárea y «se delimitan amplias zonas que tienen que ser espacios libres», indicó Prats.