La concejalía de Medio Ambiente, Movilidad y Mantenimiento Urbano del Ayuntamiento de Eivissa tiene la intención de quedarse con el parking de Talamanca para acondicionarlo y volver a dejarlo como zona de aparcamiento público.

Esta intención municipal llega a consencuencia de la reciente expropiación que ha llevado a cabo la Agència Balear de l'Aigua i de la Qualitat Ambiental (Abaqua) con el objetivo «de hacer pozos de captación para la futura desaladora de Santa Eulària», según informaron desde la agencia. En este sentido, una vez se termine la obra, el Ayuntamiento tiene previsto buscar un acuerdo para que los 2.663 metros que han sido ocupados en este terreno puedan ser utilizados como zona de aparcamiento.

El lugar exacto del terreno expropiado es el espacio del parking que comienza frente al Hostal Talamanca y concluye en la esquina que conduce al camino de Ses Feixes. Sin embargo, desde la agencia balear del agua aseguraron no tener aún una propuesta formal del Ayuntamiento de Eivissa para utilizar este espacio, «lo que no quiere decir que no podamos tenerlo en el futuro», agregan.

Por otra parte, desde el Ministerio se prevé ahora que la captación del agua para la futura desaladora de Santa Eulària se haga directamente del fondo del mar a través de una torre sumergida a una profundidad de 18 metros, en vez de a través de pozos, como apuntaron desde Abaqua.

Es una posibilidad para la cuál se está realizando un estudio en el Ministerio de Medio Ambiente, tras una solicitud por parte de la comisión balear de la misma cartera.

En este estudio, además de analizar las posibilidades de que el agua sea captada por el emisario, se solicita también un análisis de impacto ambiental debido a que el nuevo proyecto incrementa la producción de agua potable a partir de agua de mar de 10.000 a 15.000 metros cúbicos al día.

Para ello, el Ministerio deberá garantizar que la concentración de sal en la zona de la pradera de posidonia no supere los 38.5 g/l . Desde Medi Ambient consideraron también que habrá que vigilar la dispersión de los vertidos de salmuera procedente de la planta al mar, por lo que aconsejaron una ubicación del punto de vertido a cotas de profundidad en las que no haya praderas de posidonia oceánica.