La consellera de Educació i Cultura, Bàrbara Galmés, expresó ayer su apoyo «total» al cambio de orientación que el Estado prevé imprimir a su política cultural, en relación con la «importancia» de dar un impulso «decidido» a las industrias culturales y consolidar su peso en el conjunto de la economía en el contexto de recesión.

En este sentido, Galmés afirmó que este cambio en el tratamiento de la cultura se hace «indispensable» en un momento de recesión económica como la actual y, en este sentido, defendió que la cultura «no se puede dejar de lado» ya que «es mucho más» que un factor de cohesión social, es decir, un elemento «a tener en cuenta» como fuente alternativa que puede generar ingresos «importantes», que incita a la innovación y al desarrollo y que crea ocupación.

En este sentido, la responsable autonómica en materia de cultura apoyará la propuesta del conseller de Cultura i Mitjan de Comunicació de la Generalitat de Catalunya, Joan Manel Tresserres, que expuso la posibilidad de pactar la elaboración de un documento entre el Estado español y las Comunidades Autónomas para avanzar en la consideración de la competencia económica de la cultura, un planteamiento común que «puede favorecer y beneficiar a todo el mundo».