El máximo responsable de la Unión General de Trabajadores (UGT) en las Pitiüses, Diego Ruiz, considera muy positivo que el Consell Insular d'Eivissa quiera reunir en septiembre en una misma mesa a todos los agentes sociales con el fin de buscar salidas a la crisis económica, aunque reconoció que desde su sindicato no son partidarios de moderar las peticiones de revisión salarial con el fin de evitar el aumento de la inflación.

«El conseller (Tomás Méndez, responsable del departamento de Programació Econòmica Corporativa) y yo mantuvimos una breve reunión para hablar de la crisis y, en ese encuentro, me apuntó su voluntad de conseguir ese pacto entre las partes», aseguró el sindicalista.

Subidas salariales

«Veo como una buena posibilidad el que se cree es mesa en la que podamos participar los sindicatos para hablar de todo el tema económico pero es difícil que podamos estar de acuerdo en el tema de la contención de los sueldos», añadió.

El motivo, según explicó Ruiz, es que las mismas organizaciones de trabajadores «somos las primeras que estamos negociando subidas salariales no demasiado altas».

El líder de UGT, quien a pesar de su prevención respecto al tema aseguró que en su sindicato «estamos dispuestos a hablar de todos los temas», añadió que existe también un problema de principios de actuación dentro de su formación.

«En principio, nosotros no somos partidarios de esa vía para contener la inflación. Nosotros siempre, y eso es un criterio que se aplica a nivel nacional, tenemos siempre entre nuestras prioridades el luchar por conseguir unos incrementos retributivos que garanticen como mínimo el IPC y permitan mantener el poder adquisitivo de los trabajadores», defendió.

El conseller Méndez explicó esta semana su intención de convocar a patronales y sindicatos mayoritarios para conseguir una reedición de los 'Pactos de la Moncloa' por la que se pudiera frenar la espiral inflacionista. Este proceso, explicó el conseller, empieza con el aumento de precios y puede alimentarse con unas revisiones salariales por encima del IPC, lo que acaba obligando a subir precios nuevamente, en un proceso que puede acabar obligando a las empresas a destruir empleo o cerrar.