Una païssa es una casa que utilizaban los payeses para guardar las herramientas y que posteriormente fueron evolucionando y creciendo hasta convertirse en viviendas.

El conjunto de ses Païsses de Cala d'Hort acoge una de estas casas que forma parte del Museu d'Etnografia de Can Ros. Allí, multitud de niños y niñas de las escuelas de verano de toda la isla descubren diariamente los secretos más tradicionales que esconde Eivissa. En un entorno privilegiado y con unas asombrosas vistas de es Vedrà los pequeños participan en talleres musicales, de artesanía y de fabricación de pan.

Alrededor de un centenar de chavales acuden diariamente a la casa payesa del complejo púnico de ses Païses desde diferentes escuelas de verano de la isla como la de Vila, Santa Eulària o la de Arrels, que pertenece al Institut d'Estudis Eivissencs. Todos aseguran que se lo pasan muy bien durante su visita. Los monitores creen que el hecho de abandonar la habitual escuela de verano en la que participan y llegar a un lugar tan especial como ese hace de la visita algo inolvidable. «Hoy han flipado», aseguró Esther Perelló, la coordinadora de la escuela de verano Arrels. Alrededor de cuarenta niños de edades comprendidas entre los cuatro y los doce años han podido conocer mejor los instrumentos tradicionales. Eduardo Ribas era el encargado de mostrarles de qué material estaba hecho cada instrumento para que posteriormente los niños pudieran tocarlos. «Esto es una flaüta. No es una flauta normal porque sólo tiene tres agujeros y se toca con una sola mano. De esta manera se puede tocar a la vez el tambor», les explicó a los alumnos, mientras ellos, expectantes respondían a sus preguntas.

Cocción

Más tarde, otro grupo pasó a la casa principal para aprender a hacer pan. «Es un pan muy básico que sólo lleva agua, harina de trigo y levadura pero está muy bueno», dijo Nati Munera. Ella es una de las monitoras que trabaja durante todo el año en la casa y es la encargada de meter las bandejas en el horno. Tras tan sólo diez minutos de cocción, los niños pueden degustar el pan que ellos mismos han preparado.

Durante todo el año se llevan a cabo actividades gastronómicas tanto para alumnos de primaria como para adultos en los que pueden aprender más sobre la cocina local. «Podemos aprovechar el horno de leña y la cocina para aprender a preparar recetas tradicionales dependiendo de la estación como flaó, orelletes o frit de polp», comentó Susana Cardona, la coordinadora y conservadora del Museu d'Etnografia de Can Ros. Allí los escolares también pueden disfrutar de los talleres de artesanía que se llevan a cabo en la sede principal del museo. «Hay un telar a disposición de particulares donde se pueden hacer telas de gonella pero hay una lista de espera de un año y medio», según Cardona y añadió que también se puede aprender a bordar mantones y faldas del traje tradicional ibicenco.

Laura Tur