La situación del caladero de atún rojo del sur de Formentera es dramática. En el año 2006 sólo se capturaron 2.000 toneladas de esta especie en la zona, mientras que seis años antes se extrajeron 14.000, lo que supone un descenso del 85% de las capturas.

Esta extrema situación es la que ha animado a las instituciones y a los ecologistas a hacer un frente común para reclamar un santuario del atún rojo en este caladero de cara a la reunión de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT), que se reúne del 17 al 24 de noviembre en Marrakech.

Representantes del Govern, el Consell d'Eivissa, el Consell de Formentera y de las ONG's GEN, Ecologistas en Acción, Greenpeace y WWF/Adena escenificaron ayer este acuerdo, en el que reclaman al Gobierno central que «defienda con firmeza» la creación de un santuario para evitar la desaparición del atún rojo. «No se debe dejar pasar esta oportunidad histórica para dar el primer paso en la salvación y recuperación de esta especie emblema del Mediterráneo», aseguran en el comunicado conjunto las administraciones y ONG's implicadas.

Tanto la consellera de Pesca del Consell d'Eivissa, Marga Torres, como el vicepresidente del Consell de Formentera, Bartomeu Ferrer, coincidieron en recordar que ya había un acuerdo de todos los grupos del Parlament pidiendo un santuario para esta especie, a lo que recientemente se unió una Proposición No de Ley en el Congreso de los Diputados defendida por ICV para imponer medidas drásticas de gestión en la pesquería, con la creación de un santuario de atunes al sur de Formentera.

«Es importante que el Gobierno central haga oír esta voz en la reunión de Marrakech», resaltó Torres, cuyas palabras fueron secundadas por Ferrer, que lamentó que todas las gestiones hechas hasta el momento, también por el Ayuntamiento de Formentera, hayan sido ineficaces.

La directora general de Pesca del Govern balear, Patricia Arbona, indicó que lo importante es hacer «un frente común» porque esta situación no sólo afecta a la propia especie sino también a los pescadores locales, que sufren la sobrespeca del atún y ya no pueden capturar ni un ejemplar y también por las interferencias que causan los barcos atuneros en las redes tradicionales de pesca.

El responsable de pesquerías de Ecologistas en Acción, Jorge Sáez, explicó que se pide la suspensión cautelar de la pesca en esta zona debido al intenso acoso que ejercen los barcos de Francia e Italia, que adoptan «banderas de conveniencia». También aseguró que hay unas capturas de 78% superior a la capacidad de regeneración de la especie.

La representante del GEN, Neus Prats, se sorprendió de que cuando hay importantes intereses económicos no se adoptan soluciones de «sentido común» como se tendría que haber tomado «ya hace tiempo» para salvar del exterminio al atún rojo.

Los científicos han estimado que las capturas de atún rojo en 2007 rondaron las 60.000 toneladas, más del doble de la cuota legal para la especie, que no llega a las 30.000. Esto se debe al elevadísimo índice de pesca ilegal, probablmente el mayor del mundo. «Si no tomamos medidas drásticas no vamos a conseguir reordenar la flota a tiempo», explicó Sáez.

El caladero balear, que va desde el sur de las Pitiüses hasta Murcia, comprende también aguas de gestión de la Unión Europea, por lo que un acuerdo sobre un santuario va más allá de las posibilidades de España, que deberá defenderlo ante sus socios europeos.

Desde hace 15.000 años el atún rojo formaba parte de la dieta de los mediterráneos, pero en los últimos años ya no son capturados por los pescaadores tradicionales.