L. AVERSA/C. ROIG

El alcalde de Sant Joan, Antoni Marí Marí, Carraca, aseguró que le «cuesta mucho creer que no hay dos varas de medir» en lo que se refiere a la protección del territorio, después de que el Ayuntamiento de Sant Josep haya acordado con los promotores de Roques Males cierta edificabilidad en Cala Comte, que permitirá la construcción de 33 viviendas de lujo. «Esto proponíamos también nosotros con respecto a Benirrás pero parece que ahora han descubierto un mundo en Sant Josep ¿Cala Comte no es un sitio privilegiado?», se pregunta el alcalde, después de que, a diferencia de Benirràs, Cala Comte no haya sido protegida por el Govern a través de la ley de medidas urgentes, tal y como solicitaban los vecinos.

«Es muy fácil para Govern y Consell proponer medidas de protección en un territorio como Sant Joan, pero sin prever nada a cambio», aseguró, reiterando su reclamo a que el Ayuntamiento pueda ser compensado por no poder tener ingresos de licencias debido a las moratorias y a la protección que impiden edificar en muchos puntos del municipio.

Proyecto en Comte

El propietario de Ibiza Investor, promotora de las 33 viviendas de Cala Comte que ha autorizado Sant Josep, explicó esta semana que la urbanización apenas tendrá impacto visual porque se plantará numerosa vegetación autóctona, como pinos, sabinas y plantas aromáticas. Además, la parcela se sitúa por debajo de la cota de las calles laterales, con lo que «no se verá a no ser que uno se acerque mucho». José Manuel Pemán indicó que serán casas de 250 m2 a lo que se sumará la superficie de terrazas, sótanos y garajes hasta un máximo de 400 m2. Habrá 18 viviendas de una sola planta y el resto serán de planta y media para conseguir vistas.

«No ha sido un gusto cambiar el proyecto, porque yo creo que tengo derecho a edificar 106 viviendas pero soy práctico y no quiero pasarme cinco años discutiendo con el Ayuntami ento por cada paso que doy», indicó Pemán sobre los motivos del cambio de planes respecto a este terreno, donde se preveían cien viviendas y 200 locales. Es por ello que la promotora ha decidido reducir edificabilidad y pactar con el ayuntamiento porque la perspectiva era pleitear durante más de cinco años. «Nos han mirado el proyecto con lupa», insiste este empresario, que reconoce que si le dieran a elegir ejecutaría el proyecto anterior. Según asegura, las viviendas unifamiliares serán «ecológicas» porque se reutilizarán las aguas grises y se usará energía geotérmica, que supone un ahorro en energía del 70%, y que se ofrecerá gratis al resto de vecinos. «Me parece legítimo que los vecinos se preocupen por la ecología, pero nuestra urbanización va a estar muy por encima de lo que se ha hecho hasta ahora en Eivissa», matiza el promotor.

El promotor de esta polémica urbanización explicó ayer que no hay asfalto enterrado en ningún sitio, tal y como afirman los vecinos. «Sólo se levantó una calle y se trató el material de la forma adecuada; no sé por qué dicen que hay asfalto enterrado, yo he mandado a los ingenieros, el Ayuntamiento también e incluso vino un notario a dar fe», explicó Pemán, que se preguntó: «¿Por qué íbamos a enterrar asfalto?». Por eso considera que esto es una estrategia de los vecinos para evitar al construcción de este paraje. «Hemos intentado contactar con ellos hace dos semanas para enseñarles que cumplimos la normativa pero no ha sido posible», explicó el promotor, que de todas formas, alerta sobre la contradicción que supone que los vecinos se quejen cuando también ellos han construido allí.