La posibilidad de que la empresa balear Sampol construya una planta de cogeneración de energía (que funciona con gas y no con gasóleo o fuel como la de GESA) fue considerada ayer como «positiva y factible» por el conseller insular de Desenvolupament Empresarial, Joan Serra Mayans, quien defendió el «impacto mínimo» que tienen estas plantas, tanto visual como por emisiones contaminantes.

«Veo, al menos, tres factores positivos. Por un lado, la tecnología que se aplica aprovecha mejor el combustible, por otro que habría otro operador dentro del mercado de la producción de energía y que la producción se descentralizaría y no estaría solo en Vila», aseguró Mayans, quien añadió que, a pesar del posible apoyo del Consell a la instalación, que incluiría la modificación del Plan Territorial Insular, «hace falta la autorización del Govern».

Proyecto por definir

Por su parte, el director de contratación de la sociedad, Fernando Sampol, reiteró ayer el interés de la empresa de llevar a cabo la obra anunciada el lunes por el presidente de la sociedad, Gabriel Sampol, durante una visita del president Francesc Antich.

«Desde hace meses tenemos la idea de entrar en el mercado de Eivissa pero, la verdad, es que es un proyecto que todavía está muy verde y con muchas cosas por definir», matizó Sampol.

«Han aparecido algunos datos como el que la ubicación sea Sant Antoni o que tenga una potencia de 23 megawatios. Efectivamente, Sant Antoni sería la ubicación ideal por proximidad al gasoducto y a la potencial demanda, pero hay que tener en cuenta que nuestra actividad está sujeta a informes de impacto ambiental o expropiaciones que pueden hacer recomendable otro punto», afirmó el directivo.

«Respecto a la potencia y capacidad, no hay nada definido. Primero tenemos que estudiar la demanda de grandes clientes (industrias o grandes núcleos comerciales u hoteleros) y después ver si también optamos a dar servicio al consumidor individual, algo que no descartamos», concluyó.

La planta de cogeneración no sólo puede dar el servicio de suministro eléctrico si no que el funcionamiento de sus turbinas se puede usar para ofrecer refrigeración o calefacción a las edificaciones, aprovechando el calor generado por el procedimiento (en el caso del aire acondicionado, el aire pasaría antes por unos 'enfriadores').

«Por las dimensiones de Eivissa, se podría hacer una única planta pero lo más razonable sería hacer varias centrales más pequeñas para, entre otras cosas, poder aprovechar mejor estas prestaciones adicionales a la electricidad», apuntó Sampol.

Según el directivo de la empresa, la instalación cogeneradora reduce considerablemente las emisiones de CO2 y el impacto ambiental. «De hecho, las chimeneas son mucho más pequeñas porque, en realidad, son torres de refrigeración que sólo emiten vapor de agua. Además, son edificios más pequeños y parecidos a un hangar y no a una fábrica», añadió.