La población urbana sigue siendo mayoritaria, a pesar de la dispersión.

A pesar del crecimiento urbanístico de los últimos años en las Pitiüses, todavía buena parte de la población sigue viviendo en casas aisladas. El número de personas que habitan en moradas dispersas (lo que el Instituto Nacional de Estadística considera población diseminada) aumentó el pasado año en 1.300 personas hasta rozar los 30.000 residentes del total de 134.200 censados en Eivissa y Formentera.

El incremento, con ser importante respecto al año anterior (un 4,5%), supone que la proporción entre población agrupada y dispersa se haya incrementado ligeramente en favor de la primera, que supone casi el 78% del total.

El caso de Formentera es especialmente significativo puesto que más de la mitad de la población, en concreto 5.444 de los 9.147 vecinos censados, vive fuera de los núcleos de población.

Vila, por razones obvias de saturación de su territorio, es el único municipio en el que la población diseminada representa una parte poco significativa del total y va en descenso. Según los datos estadísticos, fuera de la zona considerada estrictamente como núcleo de población residen 333 personas en viviendas dispersas, 19 menos que un año antes.

La pérdida de población 'diseminada' no se produce en las Islas en ningún otro caso más que en el de Puig d'en Valls, una caída en 16 personas que no se puede determinar si obedece a descenso real de población de la zona o al hecho de que el núcleo de población crezca y acabe integrando las viviendas ocupadas por estos vecinos.

Es mayor el impacto de la pérdida de población en los pequeños núcleos habitados, aunque suelen ser cantidades mínimas, como demuestra que la mayor pérdida sea de 29 vecinos. Se trata de Sant Agustí, población que ha pasado de 91 a 62 vecinos.

Para determinar qué población está diseminada y cuál integrada, el INE determina primero las 'entidades de población' existentes (áreas habitables, diferenciadas dentro del mismo y conocidas por una denominación específica) y después contabiliza los residentes 'esparcidos' por el territorio siguiendo el criterio de que 'núcleo de población' es cada conjunto de al menos diez edificaciones formando calles o, excepcionalmente, con menos de 10 edificios, siempre que la población supere los 50 habitantes. Se incluyen en el núcleo aquellas edificaciones que, estando aisladas, distan menos de 200 metros de los límites del conjunto. Esta metodología explica casos como el de Buscastell, área habitable con una denominación concreta pero que carece de núcleo de población, por lo que sus 650 vecinos figuran como 'diseminado'.