Ibicenco de toda la vida, nació en el seno de una familia acomodada de Dalt Vila hace ahora 38 años. Entre sus familiares destacan en la vida pública su padre (Alfonso Villalonga), que fue alcalde de Eivissa, y dos de sus hermanos, uno de ellos músico y otro pintor. Él se considera una persona polifacética que aunque dirige una academia de informática, también colabora en distintos medios de comunicación, preside una cofradía del Santísimo Cristo del Cementerio, una ong y de vez en cuando participa en carreras de coches para divertirse.

-Se comenta que coquetea usted también con el mundo de la política.

-He recibido propuestas, que en algún momento han podido ser interesantes. Pero no hemos llegado a un acuerdo.

-¿Qué faltó para alcanzar ese acuerdo?

-El concepto de político que tenemos actualmente igual no es el que más se ajusta a una persona como yo. Considero que los políticos deben de realizar un servicio público con un mínimo de honradez, además de con un mínimo grado de independencia de ideas. Y ocurre que hay personas que pretenden que tú pongas la cara para que ellos pongan las ideas a lo que me he negado. Yo, según qué tipo de delincuentes, no los aceptaría nunca y no entiendo por qué los hay en algún partido.

-¿Qué problemas políticos tiene Eivissa?

-Una avaricia permanente que está destrozando el entorno y una carencia de dirigentes competentes. Además existe un grupo de políticos que, independientemente de su color, son mediocres, radicales, sin perspectiva y delincuentes por acción u omisión.

-¿Tiene algún mito en la política?

-Gallardón, Bono o Rosa Díez que convencen hasta a los que no son de su partido.

-¿Qué papel ocupa la fe en su vida?

-Yo creo en Dios y en mí mismo. La fe es algo personal que no está relacionado con los cargos que ostentes.

-¿Qué le ha enseñado su trabajo?

-Que aprende la gente que quiere aprender. Me he dado cuenta de que en muchos casos no depende de la capacidad, sino de la voluntad.

-Si la juventud es el futuro, ¿qué nos espera?

-No soy muy optimista. En general son espabilados, pero carecen de formación básica. Falla la escuela y muchas veces la familia. Viven en la cultura del ocio y nunca les han dicho 'no'. Les costará adaptarse a los sacrificios de la vida adulta.

-Ha viajado recientemente a Japón, ¿qué se ha traído de allí?

-Además de una katana sin filo que me dio muchos problemas en el control de equipajes, me traigo imágenes de un país sumamente limpio, sumamente educado, ordenado y seguro. Y por contra, con gente demasiado autómata.

-Un momento a recordar.

-Cada vez que desde ordenadoressolidarios.es, entregamos material informático.