Uno de los pequeños de la carroza de Oz tira confeti mientras desfila. Fotos: IRENE G. RUIZ

Diseños para todos los gustos. Unos hechos a mano, otros comprados, pero todos con infinidad de colores e imaginación. Con espíritu crítico, menos categorías para concursar y sobre todo más dinero en los premios, la rúa de Eivissa de este año consiguió todo un récord de participación. Los 1.400 participantes del año pasado llegaron ayer hasta los 1.800 repartidos en 27 comparsas que competían en únicamente tres modalidades: comparsas escolares con tres permios de 2.000, 1.500 y 1.000 euros, de ámbito social, en la que se repartían las mismas cantidades, y otras carrozas, en la que había un único premio de 2.000 euros.

Cerca de las 10'00 horas del día de ayer los primeros coches, tractores y remolques vestidos para ser carrozas empezaban a llegar a la avenida Santa Eulària, donde poco a poco se fueron concentrando todos los participantes. Con una puntualidad digna de ser destacada, la comitiva carnavalesca partió de la avenida a las 11'00 horas para recorrer las principales calles de la ciudad. La magia del mundo de Oz abrió el desfile, seguida de una representación llena de trajes de mil colores y música Bollywood de la asociación de padres y madres del colegio de Sant Joan. Los detalles en la carroza y la precisión en el vestuario les llevó a conseguir el primer premio de la categoría de comparsas escolares. El espíritu crítico apareció por primera vez en el desfile con la carroza de la asociación de ecuatorianos, que dejaron claro algunas de las cuestiones que les llevan a dejar su país en busca de una vida mejor, como la miseria y cuestionaban la eficacia de la operación retorno del gobierno. Con el paso de los minutos, el ambiente festivo en las calles de la ciudad fue creciendo. Familias enteras disfrazadas, grupos de amigos que alargaron la fiesta del sábado por la noche hasta ayer para disfrutar de la rúa y hasta incluso algunos que optaron por salir en pijama a la calle para ver el desfile se agolpaban en las aceras esperando reconocer a primos, tíos, hermanos y amigos que lucieron su mejor sonrisa y vestuario adoptando la personalidad de personajes de cuento, bailarines de Bollywood y cantantes históricos, como Queen, representado por la comparsa de la academia de danza Capricorn, que consiguió los 2.000 euros de la categoría libre. A diferencia de otros años, en el desfile de ayer no hubo representación institucional a través de las carrozas municipales. El trabajo, la actitud y el buen hacer de las asociaciones de vecinos de Es Clot, Sa Capelleta, Cas Serres y Ses Figueretes contribuyó a animar la fiesta tanto dentro del desfile como en las aceras. Sa Capelleta con sus coreografías de Abba se alzó un año más con el primer premio de comparsas sociales. Al esfuerzo vecinal de los barrios de la ciudad se sumaron las asociaciones de padres y los centros educativos que decidieron participar en el desfile de ayer. Finalmente, tras algo más de tres horas de desfile la magia del carnaval se despidió de la ciudad de Eivissa hasta el año que viene. Y esta vez el adiós fue sin paella.