El deporte estrella de la Diada balear batió ayer todos sus récords de participación al contar con noventa trotones compitiendo en la pista del Hipódromo de Sant Rafel. Otro récord se pudo también en las gradas, con decenas de aficionados, y también en el aparcamiento, con atascos importantes a lo largo de toda la mañana, que demostraron que, además de profesionales, el deporte más popular de las Islas tiene muchos seguidores.

El gerente del Hipódromo de Sant Rafel, Jordi Boned, explicó que la tradición de la competición de trotones tiene en Eivissa casi 70 años de antigüedad. «La cultura equina de la isla es puramente rural. Comenzó a practicarla la gente que podía tener un animal de preu, es decir, las personas que podían comprarse un caballo para trabajar el campo», apuntó Boned sobre un deporte que actualmente fomentan más de un centenar de personas en toda Eivissa. «Sabemos que aquí hay casi cien trotones, pero después hay muchos propietarios que tienen una peña, por lo que suelen ser varias las personas que practican con un mismo trotón», explicó.

La jornada se repartió entre carreras y exhibiciones culturales. Los artesanos de la asociación Aaple ofrecieron sus productos de cerámica, trabajos en madera de olivos, senallons bordados, sombreros típicos del campo y hasta verduras y miel. A ellos se sumaron las integrantes de la asociación Es Retorn, pioneras es ofrecer muestras de artesanía tradicional ibicenca en la Diada balear, que comenzó a celebrarse en el hipódromo hace ahora seis años.

Desfiles de carros típicos y la actuaciones de colles de ball pagès completaron el día grande de las Islas, que fue clausurado por la tarde con un espectáculo de doma menorquina, demostración que destacó, como siempre, por la espectacular destreza del jinete y su caballo.