Pese a su descomunal apariencia, el tiburón peregrino no es un peligro para el ser humano ya que se alimenta de plancton. Foto: G.V.

Alrededor de las once de la mañana de ayer, dos personas que navegaban con un lancha neumática avistaron a un tiburón peregrino en la zona de es Freus al que acompañaban a poca distancia media docena de delfines. Profesionales ambos del mar apuntaron a que se trataba de un ejemplar de unos ocho metros de largo y con un peso que podría oscilar entre los 2.000 y 3.000 kg, pero al mismo tiempo señalaron, para no causar alertas innecesarias, que el tiburón peregrino se alimenta únicamente de plancton.

Ambos se pusieron en contacto con el biólogo marino con residencia en Formentera, Manu San Félix que pudo localizar al tiburón peregrino en cuestión aunque dijo, «después de varios avistamientos podría decir que había más de uno, quizás dos o tres» y remarcó «es algo muy especial, en los 17 años que llevo en Formentera esta es la quinta vez que he podido constatar su presencia, y la última databa de 1996, hace casi trece años».

San Félix explicó que el tiburón peregrino, no es peligroso para los humanos y «se trata de una especie protegida en muchos países del mundo aunque por desgracia en España aún no» y a la hora de explicar su presencia apuntó que «después de unos meses de temporales sube el agua, se producen explosiones de plancton que aflora a la superficie y es justamente el plancton, el nutriente básico de esta especie de tiburón el que les hace ir en su busca». Lo más importante para San Félix, que estuvo nadando un rato pegado al tiburón, eran dos aspectos, el primero que el animal no mostraba agresividad alguna para quienes nadaban a su alrededor y por otro lado que el avistamiento se ha producido dentro del Parc Natural de ses Salines, dentro de la Reserva Marina; al mismo tiempo señaló que después de estar varias horas en el mar para capturar imágenes del mismo, pensaba que «probablemente no era un ejemplar solitario, podría haber dos o tres, son animales gregarios y lo normal es que viajen siempre, de ahí su nombre de 'peregrinos', en busca de alimento que en estas circunstancias es abundante en las inmediaciones de nuestras islas». Además el biólogo marino confirmó las primeras apreciaciones de que el ejemplar avistado debería medir alrededor de los ocho metros y cuyo peso oscilaría entre las dos y tres toneladas en función de su estado en concreto «y el diámetro de su boca es de aproximadamente 1,80 metros».

Paralelamente, se observó un grupo de alrededor de media docena de delfines «de gran tamaño y de color oscuro», indicaba a este rotativo una de las personas que avisó al Centro de buceo Vell Marí del que es el propietario Manu San Félix de lo que se estaba viendo al oeste de es Freus en una zona situada entre es Freus y la playa de es Codolar en Eivissa. «Es algo habitual que varias especies distintas viajen juntas en pos de alimento», apuntó.