Un joven de las Pitiüses que quisiera comprarse un piso sin poner en riesgo su situación económica y manteniendo un nivel de vida normal debería ingresar cada alrededor de 4.000 euros 'limpios', según se desprende de los datos recogidos por el Observatorio Joven de la Vivienda (Objovi), presentado ayer en Palma y que incluye datos del tercer trimestre de 2008.

El estudio incluye también el hecho de que el salario medio de un menor de 34 años se sitúa en los 1.150 euros, una cantidad que no le serviría poder acceder a una vivienda. Según el Objovi el dinero mensual que debería destinar para poder embarcarse en la compra de una vivienda de tipo medio y financiada a 25 años sería de casi 1.600 euros en Santa Eulària (138% de los ingresos medios) y algo más de 1.500 euros en Vila (132%), los dos únicos municipios de las Pitiüses analizados por Joffre López, sociólogo autor del informe. La media de Balears es de 1.230 euros (107%).

El Objovi refleja también la variación en el esfuerzo que deben realizar los jóvenes para poder acceder a una vivienda en propiedad. En el caso de Eivissa, el coste de acceso a un hogar creció un 8,2% respecto al tercer trimestre de 2008, mientras que en el caso de la villa del río éste ha caído un 1,8%.

Respecto al conjunto de Balears, los datos que aporta el observatorio incluyen que el precio medio de la vivienda libre (nueva y usada) es de 240.000 euros cuando el precio máximo que podrían asumir los jóvenes es de 113.000 euros. De esta forma, en lugar de poder comprar una vivienda tipo de 100 metros cuadrados, apenas podrían acceder a 34,2 metros.

El estudio también incluye datos sobre el alquiler. A este respecto fija como importe máximo de renta que se podría satisfacer en Balears en menos de 350 euros.

Problemas con el empleo

Rafel Sedano, presidente del Consell de Joventut de les Illes Balears (CJIB), resaltó que el estudio refleja un dato preocupante en cuanto a las posibilidades de emancipación de los jóvenes. «En plena temporada turística, cuando se supone que hay más actividad y se genera más empleo, la tasa de paro entre los jóvenes llegaba al 14,1%», señaló.

«Si unimos que había menos gente con ingresos y que el coste de acceder a una vivienda se incrementaba, el panorama para la emancipación de los jóvenes se vuelve cada vez peor», concluyó.