El paro está teniendo un fuerte coste político para el Govern.

GERMÀ VENTAYOL

Sólo un 46 por ciento de los ciudadanos de Balears aprueba, cuando se alcanza el ecuador de la legislatura, la gestión que realiza el Govern que preside Francesc Antich. De hecho, en el período comprendido entre mayo del pasado año y el actual, el ejecutivo autonómico ha perdido seis puntos desde el máximo obtenido en 2008 y cuatro respecto a 2007.

Estas son algunas de las principales conclusiones que se desprenden de la encuesta realizada por el Instituto Balear de Estudios Sociales (IBES) en exclusiva para Ultima Hora sobre la percepción de la población respecto a la labor que realiza el Govern, al cual parece que ya le afecta de un modo directo la crítica situación de la economía balear, cuestión sobre la que se responsabiliza, al menos en parte, al equipo que lidera Antich.

En este sentido resulta significativo el desplome acumulado en el último año respecto al índice de confianza de la población respecto al Govern, un distanciamiento en el que participan ciudadanos con diferentes opciones políticas. Así, el estudio de IBES señala que al lógico rechazo de los votantes del PP hacia la política del Govern, és es un sentimiento que comparte el 55% de los votantes de UM.

Los apoyos más amplios, como es lógico, el Govern lo cosecha entre el electorado socialista (65%), un índice bajo, y del Bloc (59%). Las críticas más genéricas se centran en una sensación de parálisis y falta de proyectos que llevar adelante por parte del Govern.

Los consellers

La encuesta que ha realizado el Instituto Balear de Estudios Sociales (IBES) también ha indagado sobre la opinión de los ciudadanos sobre la labor que realizan los diferentes integrantes del Govern, al que en los últimos meses se han incorporado dos nuevos mienbros: Miquel Nadal en Turisme y Joana Barceló en Treball.

A la cabeza de las valoraciones positivas figuran tres consellers: Mateu Cañellas, Miquel angel Grimalt y Albert Moragues, responsables de Esports, Medi Ambient y Presidència, respectivamente. Se da la circunstancia que los dos primeros pertenecen a Unió Mallorquina. Todo ellos superan en nota al propio president Francesc Antich.

Merece destacar la presencia en cuarto lugar de Joana Barceló que a pesar de estar al frente de Treball con una tasa galopante de parto aguanta el tirón y logra un meritorio 5'8 de nota. La política menorquina, que abandonó la presidencia del Consell para incorporase al equipo de Antich en sustitución de Margarita Nájera, tiene un índice de conocimiento del 55 por ciento. Barceló también es la portavoz del Govern.

En el lando opuesto figura Miquel Nadal, conseller de Turisme, que acumula un discreto 4'7 de nota. Ello se debe a que Nadal resulta ser un personaje polémico y notorio -lo conoce el 66 por ciento la población, la tasa más alta de todo el Govern-, razón por el que sus adversarios también votan negativamente, aspecto que no sucede con otros compañeros en los que sólo se manifiestan ciudadanos con una alta afinidad política.

Los titulares de Sanitat y Mobilitat, Vicenç Thomàs y Gabriel Vicens, respectivamente, completan el trío de consellers que 'suspende' ante los ciudadanos de Balears. Todo indica que el plantamiento realizado desde la Conselleria de Sanitat sobre el decreto del catalán entre los médicos y la huelga de este colectivo, así como las deficiencias en la red viaria de Balears, en especial los accesos a Palma explican las razones de la posición de estos consellers en la clasificación global del Govern.

Otros dos consellers que bajan en la valoración ciudadana, aunque muy ligeramente, son Bàrbara Galmés y Carles Manera, responsables de Educació y Economia, respectivamente. Lo hacen apenas cinco décimas.

La consellera que ha registrado un crecimiento importante en la valoración durante el último año es Fina Santiago, del Bloc, consellera de Afers Social, la cual ha psado de un 4'9 al 5'6 en el transcurso de los últimos doce meses. En este período es la integrante del Govern que preside Francesc Antich que ha acumulado un incremento más sustancial en comparación con el resto de colegas que forman el Consell de Govern.

En esta radiografía del Govern también se evidencia que determinadas consellerias tienen una proyección pública que acaba convirtiéndose en un arma de doble filo puesto que son una plataforma de popularidad ante grandes colectivos e incluso la sociedad, pero a la vez hacen que el juicio de los ciudadanos sea mucho más severo que en áreas de una trascendencia más limitada.

La crisis, y su principal consecuencia en la tasa de paro, el turismo y el problema de la vivienda, encabezan la lista de principales reproches al Govern.

A la lista se incorporan cuestiones como los conflictos con la lengua, a favor y en contra del catalán, suscitado en especial tras la polémica con el colectivo de médicos, un tema que ha calado en la opinión pública.

Desde Menorca e Ibiza se mantienen las reclamaciones por una mejora de las comunicaciones aéreas, mientras que en general se denuncia un falta en la calidad educativa, la inmigración -un problema que ha descendido posiciones- y, por último, la situación de la red viaria.

La encuesta de IBES para Ultima Hora revela que el president Antich no es inmune a la valoración general de su Govern ya que ha pasado de un 6'2 a un 5'9 en la nota de los ciudadanos en apenas un año, un descenso que se enmarca en un contexto de crisis económica y ausencia de 'buenas noticias' desde el Govenr que él preside.

Por el contrario, la hasta ahota líder de la oposición, Rosa Estaràs aprovecha la debilidad del president para recuperar popularidad y algunas décimas frente a los ciudadanos.