Aunque la celebración oficial del patrón de los agricultores y las gentes del campo fue el pasado viernes, fue ayer cuando el grupo folklórico de Sant Josep tenía preparado un arsenal de actividades y muestras para conmemorar la festividad.

El acto congregó a un buen número de personas, algunas de las cuales siguieron el programa desde su inicio, a las once de la mañana, más o menos, cuando se inició la muestra de plantas, productos ecológicos, maquinaria para las tareas del campo y animales.

Un poco más tarde, sobre las 11.45, se había previsto la actuació den la colla Els Traginers, dolçainers i tabalaters de Pedreguer. Uno de los principales atractivos de esta cita, que suma ya varios años, es el de que un buen número de los asistentes aprovecha para acudir con las indumentarias que se veían con profusión hace tan sólo unas décadas. De hecho, se invitaba a cualquiera que quisiera a hacer uso de estos conjuntos para dar un ambiente de otros tiempos.

Pero era a partir de las seis de la tarde, cuando el sol ya remitía un poco después de una jornada en la que fue protagonista, cuando comenzaba la siempre interesante muestra de artesanía. Un poco más tarde tenía lugar el desfile de carros, la misa y la exhibición de ball pagès. Por supuesto, no faltaron en la fiesta ni el basito de vino ni las orelletes, un colofón perfecto para una jornada de amor al campo.