Pedro Calvo, piloto privado y de aviación comercial, posa en el aeropuerto con su avioneta. Foto: MARCO TORRES

Pedro Calvo, presidente del Real Aeroclub de Ibiza y Formentera, siempre se sintió atraído por la aviación: «Vivía en Francia y no me lo pude permitir hasta que llegué aquí y junté algo de de dinero para hacer el curso de piloto privado en Estados Unidos». Y añade: «Y de ahí pasé a interesarme por la aviación comercial. Hace cinco años que tengo éste último título». En la actualidad, Calvo promueve a través del club de aviación ibicenco unos cursos de piloto privado que las personas interesadas pueden hacer si superan una prueba médica, los exámenes teóricos y abonan el precio total del curso: «Cuesta 8.500 euros. Este precio incluye la cuota de socio del Real Aeroclub de Ibiza y Formentera, que son 750 euros, todos los materiales del curso y las 40 horas de vuelo que se exigen para la obtención del título». La parte teórica consta de nueve asignaturas, que tratan materias como derecho aéreo, navegación, radiotelefonía o metereología, y cuatro oportunidades para aprobar todos los exámenes. Estos cursos se realizan en la isla en la temporada de invierno, de octubre a junio: «En estos meses aprovechamos para que los alumnos hagan toma y despegue porque en verano hay demasiado tráfico aéreo y no nos dejan».

Para este experimentado piloto, lo mejor de disponer de la titulación privada es gozar de esa libertad que le permite «ir a comer una paella a Valencia o ir con dos amigos a Barcelona. Volar me desestresa muchísimo. Es una experiencia que la gente tiene que probar por lo menos una vez, sobre todo aquellas personas que tienen miedo a volar porque la sensación de angustia disminuye al ver tan de cerca el panel de mandos». Y puntualiza: «Eivissa es un lugar privilegiado porque estamos a una hora de aeropuertos como Valencia, Reus o Madrid o como máximo una hora y media».

A lo largo de su amplia trayectoria profesional, Pedro Calvo ha tenido que enfrentarse a situaciones un tanto delicadas mientras volaba: «En una ocasión viví un incendio por fallo de sistema eléctrico. No pasó nada grave; estábamos en Sant Antoni y regresamos a las pistas del aeropuerto. En un vuelo de Madrid a Eivissa me pilló una onda de montaña que arrastró el avión hacia abajo, pero lo pude controlar a tiempo». Según cuenta, en estos casos es imprescindible mantener la calma y seguir el protocolo de actuación marcado para cada situación: «Sientes miedo porque no sabes lo que va a pasar. Lo primero que tienes que hacer es mantener el vuelo y nunca intentar averiguar de dónde viene la emergencia». Y puntualiza: «Aún así es complicado que te pase algo grave con estas avionetas».

Las personas interesadas en obtener más información sobre los cursos de piloto privado en Eivissa pueden visitar la web http://realaeroclubdeibizayformentera.com/.

María José Real

P