El president Antich volvió a sentar ayer en la misma mesa a Govern, patronal y sindicatos para escenificar la firma de un nuevo pacto: por el empleo y la seguridad en el trabajo. Se trata de un acuerdo que supondrá la inversión de 307 millones de euros en los próximos años. Fondos autonómicos y estatales nutrirán este acuerdo al que el president presentó como «hoja de ruta hacia la prosperidad».

El jefe del Ejecutivo balear destacó que ante «la difícil situación económica actual», se está «obligando al Govern a establecer nuevas reglas de juego», así como a adoptar «unas medidas que contrarresten los efectos negativos en el mercado laboral y se dirijan a garantizar las razones de seguridad y de formación de los trabajadores».

Entre los objetivos del Plan de Ocupación se pretende «estimular la creación y el mantenimiento de puestos de trabajo, animar la contratación, además de aumentar las posibilidades de empleo, ofreciendo ciclos formativos ligados a las necesidades de los sectores productivos».

Unos de los objetivos es reforzar los sectores estratégicos y emergentes para mejorar la competitividad y buscar nuevas oportunidades de negocio, además de mejorar la calidad en el trabajo, conciliando la vida laboral y familiar, garantizando la igualdad de oportunidades y fomentando la contratación estable. También se coordinarán actuaciones para luchar contra el abandono escolar prematuro.

Respecto al Plan de Seguridad Laboral, se espera crear «una cultura de salud laboral e incidir en las enfermedades laborales para poder prevenirlas», así como también dar vida al Institut Balear de Salut Laboral y el Observatori de Siniestralitat Laboral, según confirmó el president.

Presión fiscal

Tras la firma, el presidente de CAEB, Josep Oliver, aprovechó para presentar reclamar la necesidad de reducir la presión fiscal, aumentar la seguridad jurídica y «eliminar cargas sociales a empresas y trabajadores».