El de ayer fue, climatológicamente hablando, un día raro. Los turistas se despertaban con una gran nube negra acechando, lo que hacía pensar que no tardaría en llegar la lluvia. En cambio, las previsiones fallaron y al mediodía el sol brillaba en el cielo ibicenco, por lo que fue mucha la gente que decidió ir a la playa. Pero la ilusión no duró mucho y pocas horas después el cielo volvía a taparse irremediablemente.

Ante tal situación, los turistas no se lo pensaron y buscaron alternativas a sus planes playeros. Las opciones más escogidas fueron las terrazas de verano, los paseos culturales y las compras. Como le decía Carmen a su amiga Susana, «si venimos tres días a Eivissa es para hacer algo, no para quedarnos en el hotel. Si no hay playa, ya buscaremos otra cosa».

Y otra cosa es lo que hicieron, por ejemplo, los catalanes Jaume e Isabel, que decidieron conocer un poco más de historia ibicenca y visitar el recinto amurallado de Dalt Vila. Ellos llegaron hace dos días a la isla y aún no han podido ir a la playa: «Queríamos ir a Cala Salada, Cala Bassa...Nos han recomendado la zona de Sant Antoni y la de Santa Eulària, pero no pasa nada, esto [Dalt Vila] también es muy bonito. Aún nos queda un día aquí para ver playas».

Por otro lado, un grupo de mallorquinas, Carmen, Ana, Paloma, Elisa, Luisa, Rosa, Carmen y Lourdes, charlaban animadas en una terraza del puerto, esperando su barco a Formentera mientras desayunaban unas buenas tortillas. Su actitud ante el mal tiempo era de lo más filosófico: «No pasa nada en absoluto, así no hace tanto calor y protegemos la piel. El sol saldrá cuando tenga que salir». Respecto a si las nubes les iban a chafar sus planes, lo tenían muy claro: «¡Qué va! A la playa vamos a ir igualmente, con sol o sin. Nos podemos mojar igual por arriba o por abajo». Además, tenían pensadas muchas alternativas lúdicas: «Podemos ir de tiendas, al empedrado de la Mola, a ver las higueras apuntaladas de Formentera...», comentaba una de ellas, mientras las demás dudaban sobre el tema de las higueras apuntaladas.

La tercera opción escogida por los turistas ante el mal día fue ir de compras. Es lo que hicieron Ingrid y Natalia, dos murcianas que han venido seis días y que de momento tampoco han ido a la playa: «Pero hemos ido a Amnesia, que también está muy bien...», apuntaba una de ellas mientras su compañera sonreía. Comentaban que en el momento de salir del hotel por la mañana el tiempo estaba bien, por lo que fueron a Platja de'n Bossa: «Ha sido llegar e irnos. Molesta un poco que haga este tiempo, pero como ya estamos morenas de tomar el sol en Murcia, tampoco pasa nada». Su visita por el centro de Eivissa también fue productiva: «Hemos ido a ver tiendas y a tomar algo. No hemos comprado nada de momento pero nos han gustado mucho los puestecillos de recuerdos». Por otro lado, comentaron algo que les ha sorprendido: «Las tiendas aquí son muy diferentes a las de Murcia. En Eivissa hay muchas marcas caras, ropa de diseño... Cosas que no ves en Murcia».

Esto demuestra que el mal tiempo no es un inconveniente para los turistas, que buscan las opciones más amenas para que un día sin sol en Eivissa sea, ante todo, un día entretenido.

Marina Bonet