Uno de los agentes yace en el suelo mientras el todoterreno de la Guardia Civil queda envuelto en llamas, segundos después de la explosión.

La serpiente mordió en Mallorca. Una bomba lapa desintegró ayer un todoterreno de la Guardia Civil en Palmanova y mató a sus dos ocupantes: Diego Salvá Lezaun, de 27 años, y Carlos Enrique Saínz de Tejada, de 29. Es la primera vez que ETA consigue asesinar en la isla.

Los minutos siguientes al atentado fueron de un caos tremendo, con el aeropuerto y puerto cerrados y cientos de guardias civiles y policías en la calle, buscando a los etarras.

En Palmanova, turistas y vecinos fueron desalojados en un amplio perímetro de seguridad y horas después se descubrió un segundo artefacto explosivo, esta vez en los bajos de un jeep benemérito aparcado frente al cuartel viejo. Lo que no sabían los etarras es que el vehículo estaba averiado y llevaba unos días sin funcionamiento. Los especialistas del GEDEX (Grupo Especialista en Desactivación de Explosivos) consiguieron realizar una explosión controlada.

Las Fuerzas de Seguridad creen que los terroristas habían estado espiando el funcionamiento del cuartel de Palmanova, cuyas medidas de seguridad no son muy estrictas. De hecho, el recinto no contaba con inhibidores para evitar que las bombas sean activadas con mandos a distancia, ni tampoco tenía cámaras de seguridad.

Todos los políticos, de la Isla y del Gobierno central, condenaron el atentado, que daña considerablemente la imagen turística de Mallorca.