Vestido completamente de negro y con chaqueta gris a pesar de casi los 28 grados nocturnos de la noche del miércoles, el granadino Miguel Ríos pisó el escenario del parque Reina Sofía dispuesto a dar lo mejor de sí mismo y, por supuesto, de su música para celebrar el día de Santa Maria. Y para empezar, dos platos fuertes: Memorias de la carretera y Bienvenidos, temas con los que las más de 4.000 personas concentradas en el parque no pararon de bailar y cantar. «Me gusta Miguel Ríos desde que me acuerdo que canta. La canción que más me gusta es Un caballo llamado muerte. Lo he visto una vez en Barcelona y ahora estoy de vacaciones en Eivissa y he venido a verlo otra vez», explicaba Rafa, un barcelonés que acudió al concierto con su amiga Marga, de Eivissa, quien comentó: «Está muy en forma. ¡No para de bailar!». Laura, por su parte, decidió ir al concierto con sus dos hijas, Sara, de ocho años, y Aída, de 12: «Lo escuchamos en casa de toda la vida. He venido con ellas para que vivieran un concierto, aunque nos estamos agobiando un poquito porque hay mucha gente».

Tras el saludo inicial llegaron las primeras palabras del cantante: «Sois muy buen público. Como de 120 euros». A este comentario incitó al público para que las personas que cotizaban en Eivissa levantaran la mano: «Vosotros sois los auténticos mecenas de esta noche; estáis invitando al resto».

El repertorio

Con el paso de los minutos, el artista granadino fue repasando algunos de sus temas más conocidos, como Raquel en un burdel, Santa Lucía, El Blues de la soledad o El río, el tema más antiguo del repertorio del concierto, según comentó el cantante, quien más tarde puntualizó: «Sois un público de puta madre. Antes he dicho que erais buenos, después excelente y ahora habéis alcanzado la categoría de puta madre». Y añadió: «Me estáis llevando al extásis. Tanto que no sé qué voy a hacer esta noche por ahí; siento una erección de lo emocionado que estoy, pero como casi no se me nota».

Uno de los momentos más importantes de la noche se produjo cuando Ríos introdujo el tema No estás sola, que en principio compuso como una canción de cuna para su hija y con el paso del tiempo se ha convertido en un himno contra la violencia de género: «A los hombres que maltratan: si vais a pegar y matar a una mujer y luego os queréis suicidar mataros antes vosotros, por favor».

Pasada la medianoche, Ríos decidió que ya era momento de irse: «Gracias queridos amigos. Gracias por venir y disfrutar conmigo», pero el público no le dejó y le pidió más, por lo que salió de nuevo al escenario para cantar Sábado noche. Tras entonar este tema se despidió de sus fans una vez más, pero tampoco fue la definitiva porque regresó para cantar El Blues del autobús, canción tras la que volvió a desaparecer para regresar de nuevo. Cuando ya pasaba la una de la mañana empezaron a sonar los acordes del Himno de la Alegría. Y esa sí fue la definitiva.

María José Real