Con la llegada del calor el cuerpo se convierte en objeto de atención para todas las personas. En la playa, de paseo, en una cena o en una fiesta, se intenta dar una buena imagen física de uno mismo. En una sociedad donde lo visual prima, no es extraño que se haga un estudio interno de cómo se valora el propio físico. Pero no todo es obsesión, ni complejos... La importancia de cuidarse da seguridad a la persona y eso se nota a la hora de relacionarse.

De igual manera piensa Erika, una mujer que acude a su cita al gimnasio sin falta para no perder su firmeza con el paso del tiempo: «Para mí seguir una rutina de ejercicio es fundamental. Es cierto que he llegado a obsesionarme con mi imagen e incluso he llegado a muscularme en exceso... Pero he logrado un equilibrio y ahora sólo hago lo esencial para mantenerme firme. Además, la imagen nos da seguridad y eso se refleja en el trato con los demás. Parece muy narcisista y superficial, pero es cierto y más en una sociedad como la nuestra».

Según un estudio, los baleares valoran su cuerpo con una nota media de 5,66; un suficiente escaso que muestra que en cuestión de autoestima no somos los que más alta la tenemos. Sin embargo, existen muchísimas personas que están a gusto con su cuerpo y se aceptan tal y como son: «Todo depende del sentido común», explica Carlos, un joven musculosos al que le encanta cuidarse, a lo que añade: «Si te estás comparando con gente que es mejor que tú físicamente es normal que tiendas a infravalorarte. En cambio, si piensas que estás bien y haces lo que puedes sin competir con nadie, es cuando logras verte bien, sin complejos».

Cerveza y amigos

Las cervezas, las tapitas y el comer bien dentro y fuera de casa con los amigos nos proporciona un placer indescriptible y más con una cultura de bar tan intensa como la que hay en Eivissa. Por ese motivo, Manuel se apuntó al gimnasio «a quitarse el michelín». Tal y como él afirma, «esta barriga cervecera me ha costado mucho conseguirla con varios años de esfuerzo. Saldría en la foto, pero prefiero que me fotografíen cuando sea un 'musculitos' y tenga tableta de chocolate», confirma entre risas. «El jamón y las tapas también han influido en mis curvas de la felicidad. Lo del deporte lo hago por salud, pero no porque quiera conseguir un cuerpo de impresión. Sé hasta donde llegan mis posibilidades», puntualiza.

El culto al cuerpo

Los expertos afirman que, de cara al verano, comienzan las prisas por conseguir un cuerpo 10 o, al menos, visiblemente atractivo; sobre todo para lucir en la playa, sin duda, el momento más crítico para todos. Karen es una mujer que lleva ocho años acudiendo al gimnasio a tornear sus impactantes curvas. Lleva una rutina de entreno con pesas, que es lo que más le gusta: «El cardio lo practico menos porque tengo bronquitis, pero me encanta tornearme con las pesas». Esta mujer de 37 años, no los aparenta gracias a su práctica de deporte, que lo hace «sin llegar a los extremos. No lo practico sólo por tener un buen cuerpo, sino para sentirme bien, por salud y si encima el resultado de ello se ve a ojos externos, mejor que mejor». Muchas personas, las cuales no están a gusto con su físico, desean mejorarlo sin llegar a frustrarse en el intento. «Las prisas y la fatídica 'operación bikini', siempre nos pilla de imprevisto», comenta María, una mujer que desea adelgazar; a lo que añade: «Siempre me pasa lo mismo... Intento cuidarme todo el año y cuando llega el verano y me doy cuenta de que la grasa sigue allí, empiezo la cuenta atrás para un cuerpo bonito».

Àngela Real

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