Sant Josep es un municipio que posee gran cantidad y variedad de calas y playas, quizás esa sea la razón de que también, en cuanto a la crisis, tenga zonas que se están comportando de manera distinta.

Según la concejala de Turismo y Playas del Ayuntamiento de Sant Josep, Mari Àngeles Mostazo, «hay playas con una ocupación alta como Platja d'en Bossa, ses Salines, Cala Tarida o Cala Bassa y otras con ocupación media o baja como Cala Vadella, es Pinet, Port des Torrent o incluso Cala d'Hort». La concejala lo achaca a que son playas muy familiares que durante la semana no se llenan demasiado pero que los fines de semana sí que registran mucha afluencia de gente. En el caso de Cala d'Hort, Mostazo reconoce que puede ser debido a la asignatura pendiente que tiene el Consistorio con el problema del aparcamiento.

Dentro de esas asignaturas pendientes, Mostazo reconoce que deben de trabajar en la limpieza de las playas. «Las zonas entre concesiones tienen problemas de limpieza. Ya hemos hablado con la empresa que lo lleva para intentar solucionar esta cuestión que está, sobre todo, en las zonas de arena donde no hay concesiones», explica Mostazo.

La playa de ses Salines es, probablemente, una de las que mejor están funcionando este mes de agosto. La dificultad de encontrar un aparcamiento, una hamaca libre o incluso un hueco en la arena para ubicar la toalla da muestra de ello. Sin embargo, entre los comerciantes el sentir es diferente, los hay que aseguran que «en ses Salines no se está notando la crisis» y los hay que dicen que han registrado una caída en las ventas de alrededor del 30%.

Nuria González, trabaja en un club de alquiler de catamaranes ubicado al inicio de la playa y asegura que les podría ir mejor. «Tenemos días altos y días bajos, pero en general el verano está muy tranquilo. También es cierto que los catamaranes dependen del tiempo, pero las piraguas y el windsurf podrían salir todos los días y no lo hacen», asegura.

En el sector de la hostelería, Carmen Canete trabaja en un conocido chiringuito de ses Salines y afirma que «no hay tanta gente como otros años y la que viene mira mucho los precios de la carta antes de sentarse».

Los concesionarios de las hamacas, por su parte, coinciden en que la temporada está bien y más o menos están manteniendo el mismo nivel que otros años, «igual ha bajado un poco, pero no demasiado».

Marcos Ribas opina que siempre hay cosas que mejorar y «en Eivissa se ha permitido que subieran mucho los precios y que haya ido bajando la calidad del servicio, algo que siempre repercute en que haya turistas que decidan no volver».

Ribas asegura que las hamacas están llenas en ses Salines durante los meses de julio y agosto y en ellas se mezcla el turismo de alto nivel con gente «más tranquila que acude a la playa con su neverita».

Manuel Fernández, hostelero de ses Salines, dice que en este agosto están teniendo «mucha faena, muchos clientes». Afirma que están vendiendo lo mismo que otros años y que por ahora no han notado la crisis. Señala que a ellos ni tan siquiera les costó arrancar la temporada, ya que vendieron muy bien en junio y julio.

Si en algo coinciden todos los trabajadores de la playa de ses Salines es en que el origen del turismo está cambiando, «ahora hay muchos más italianos que por lo general vienen a primera hora de la mañana», dice el hamaquero Pepe Vingut.

Este cambio en el turismo es algo que también han detectado los comerciantes y hosteleros de Cala Compte. «Vienen muchos italianos que gastan y comen muy bien», explica Montserrat Andrés, hostelera en la cala.

Montserrat afirma que están trabajando muy bien durante este mes de agosto y con cifras muy parecidas a las del año pasado.

Agatha Escoda trabaja en el mercadillo que ofrece uno de los chiringuitos de Cala Comte y asegura que «mucha gente sigue viniendo a gastar, a llevarse regalos y caprichos», aunque dice que, «con todo las ventas han bajado un poco con respecto al pasado verano».