EUROPA PRESS/R.L.

El empresario Alberto Torres reiteró «con rotundidad» ayer en un comunicado su inocencia manifestando no tener nada que ocultar en relación con sus actividades empresariales.

El empresario fue detenido el pasado 16 de agosto en relación con el caso Antonio Huerta por apreciarse indicios de haber cometido los delitos de cohecho y de tráfico de influencias, pasó dos noches en el calabozo y tres en prisión, cárcel que abandonó tras abonar la fianza de 50.000 euros fijada por la juez que instruye el caso.

Tras conocer los contenidos de las filtraciones del caso, ya que el grueso del mismo está bajo secreto de sumario, Alberto Torres añadió que se refuta en la falta de pruebas contra su persona, destacando que, por medio de dichas filtraciones, «tenemos la certeza probable del origen del asunto».

Presionado

En esta línea la defensa del empresario aportó al procedimiento judicial una carta a la que aseguraron haber tenido acceso tras ser depositada en un establecimiento de su propiedad por quien al parecer, se ha constituido en el testigo «estrella» del fiscal.

El perfil de «este soporte fundamental del caso» responde, presuntamente, al de un ex empleado que trató en los últimos meses de presionar al empresario reclamándole cantidades de dinero por supuestos trabajos realizados para el mismo, aseguraron.

El empresario consideró «inadmisibles las filtraciones que se han producido en el marco de las actuaciones judiciales practicadas», y destacó que las mismas «sólo pueden haberse originado, presuntamente, o bien desde el Organo Judicial o desde la propia Fiscalía».

Daño a su imagen

Alberto Torres manifestó asimismo y reiteró su indignación por la manera en la que se produjo su detención, así como los traslados al órgano judicial, «con clara e innecesaria vulneración de los más elementales derechos de protección a su honor e imagen», concretó en el texto. El empresario consideró, además, que todo el proceso se ha acometido «a modo de circo mediático, donde la exageración y la desmesura han sido más protagonistas que los presuntos hechos que se me imputan».

La familia del empresario quiso dejar constancia, además, de «las tropelías y daños que se han acometido en su persona».

El empresario manifestó ayer «el estupor» que le produce «la desproporción observada en la inicial adopción de la medida de prisión provisional, sustituida, sorprendente, en un plazo de tiempo muy breve por la de la libertad provisional con una fianza»